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2.4. Sensibilidad al gluten no celíaca

2.4. Sensibilidad al gluten no celíaca

2.4.1. Qué es

La sensibilidad al gluten no celíaca está considerada como una intolerancia alimentaria en la que la ingesta de gluten provoca síntomas digestivos (hinchazón, diarrea, dolor abdominal, dispepsia…) y extradigestivos (fatiga, dolor de cabeza, entumecimiento, confusión mental, ansiedad/depresión, síntomas de fibromialgia…) parecidos a los de la celiaquía, pero sin ser celíaco (importante: recordemos que la ÚNICA manera de descartar la celiaquía al 100%, o lo más cercano al 100%, es tomar varias biopsias de duodeno sin que el paciente haya dejado de comer gluten en los últimos 2-3 meses).

Si padeces de SGNC, puede interesarte la web de Celicidad, suelen estar muy actualizados y con seguirlos en Facebook te mantendrán al día de los avances en esta intolerancia.

2.4.2. Causas

Todavía no se sabe si esta intolerancia es una enfermedad propiamente dicha, o si es un síntoma de otro trastorno o alteración. Sí se ha comprobado que existe una relación entre ésta y otras patologías como el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia o el intestino/colon irritable. 

Este primer video explica la relación con las dos primeras, y desarrolla en detalle la sensibilidad al gluten no celíaca, en contraposición a la celiaquía. Es posiblemente el mejor video y el más completo que hemos visto sobre esta intolerancia, el que habla es Carlos Isasi, reumatólogo español que hace 10 años se interesó por estos temas al ver cómo sus pacientes mejoraban al retirar el gluten, y lleva desde entonces profundizando sobre esta condición y publicando estudios científicos:

El segundo vídeo, más breve, trata la relación de la SGNC con el colon irritable/SII. La conclusión que podemos sacar es que, en algunos casos, la aparición de una sensibilidad al gluten no celíaca puede ser en realidad un primer estadio de un SII latente. El que habla es un especialista en digestivo de la Clínica Mayo, de EEUU. Si le ponéis los subtítulos se entiende bastante bien:

Para los que no dominen el inglés, cogieron a 37 pacientes que habían mejorado sus síntomas digestivos al dejar el gluten, pero no eran celíacos. A estos pacientes se les puso una dieta low FODMAP (baja en oligosacáridos/ disacáridos/ monosacáridos/ polioles fermentables) y sus síntomas mejoraron drásticamente, casi hasta estar en un rango normal. A la semana de estar en esta dieta, se les reintrodujo el gluten, pero un gluten aislado, puro, sin los carbohidratos que lo suelen acompañar, y los pacientes no mostraron ninguna reacción, su sensibilidad al gluten había «desaparecido». Luego se incrementó la dosis de gluten, con idéntico resultado. La conclusión del estudio fue que, en algunos casos de SGNC, los responsables del problema podrían ser los fructanos (un oligosacárido fermentable, una clase de FODMAP) presentes en el trigo y otros cereales, y no el gluten, y que a veces la Sensibilidad al Gluten No Celíaca era una primera fase de un futuro SII/intolerancia a la fructosa (que mejoran, precisamente, con una dieta low FODMAP). Este estudio se ha replicado varias veces encontrándose a menudo este mismo resultado, la última vez en 2018

Sin embargo, este argumento puede explicar los síntomas digestivos, pero no los extradigestivos, que no son provocados por FODMAPs. Parece que esta condición (la SGNC) también podría guardar un vínculo con la enfermedad celíaca, pues podría asociarse a alteraciones (más leves) en la autoinmunidad, aunque la investigación todavía es escasa. Aquí un estudio sobre el tema de 2016, y aquí otro de 2015 (las conclusiones de éste fueron compartidas, aunque matizadas, por otros grupos de investigación). En ambos se denomina a la enfermedad como «Sensibilidad al Trigo«. En un estudio de 2019 en «Gastroenterology» se plantea que, aunque los síntomas digestivos pueden ser una respuesta a los FODMAPs, tanto las reacciones autoinmunitarias como los síntomas extradigestivos de la SGNC podrían estar provocados por proteínas, no por carbohidratos, y se señala a la otra proteína presente en el trigo aparte del gluten: los inhibidores de la alfa-amilasa y de la tripsina (ATIs). Éstas son proteínas vegetales que no suponen más del 4% de las proteínas totales del trigo. Su función es proteger a la planta de los pesticidas y de los parásitos (inhibiendo sus enzimas digestivas). En los cultivos actuales de trigo, cada vez más resistentes a los pesticidas, la cantidad de ATIs se ha incrementado. Estos ATIs, que resisten la degradación proteolítica en el intestino humano, son potentes activadores de las células inmunitarias, incluyendo células dendríticas, monocitos y macrófagos por estimulación de los receptores tipo-Toll 4 (Toll-like receptor 4). La activación de estos receptores induce la liberación de citoquinas proinflamatorias (algo frecuente en síndromes como el SII) y quimiocinas, iniciando así una respuesta inflamatoria. Se sospecha, así pues, que los pacientes con SGNC y síntomas extradigestivos podrían tener una respuesta alterada frente a los ATIs. Esta teoría no deja de ser una hipótesis, y serán necesarios estudios, como el descrito en el vídeo superior, donde se analicen los efectos de dietas con o sin ATIs en cohortes amplias de pacientes con SGNC. 

Volviendo al gluten, en este estudio, de 2015, se observó que éste aumentaba la permeabilidad intestinal (debilita las «uniones» entre las células epiteliales o enterocitos, por los que algunos patógenos o sustancias del lumen intestinal podrían atravesarlos por vía paracelular, con consecuencias aún desconocidas) en pacientes celíacos con la enfermedad activa y en pacientes sensibles al gluten, con una intensidad semejante en ambos casos, y también en personas sanas, con una intensidad menor. El estudio por desgracia es muy pequeño, pero abre el camino a investigaciones futuras. El gluten también podría relacionarse con la autoinmunidad en personas NO celíacas, aunque las evidencias de esto también son muy limitadas por el momento (revisión de 2017estudio de 2018), es MUY necesario seguir investigando.

En otro estudio más reciente, de 2018, se comparaban los efectos en 19 pacientes con SGNC y 10 controles de una dieta low FODMAP y de una dieta baja en alimentos que contengan gluten/trigo. Curiosamente, la dieta baja en gluten/trigo se asoció a una reducción significativa en el número de linfocitos intraepiteliales del duodeno y de células caliciformes secretoras de mucinas (moco), reducción que no se dio en el caso de la dieta low FODMAP. Los autores del estudio concluyen que probablemente no exista una única etiología para la SGNC, pues hay varios desencadenantes: los FODMAPs provocan síntomas diversos, el gluten/trigo provoca síntomas acompañados de una leve reacción inmunitaria, y la microbiota parece estar alterada en los pacientes con este diagnóstico, sospechándose un papel de las 3 entidades en esta intolerancia, o la existencia de distintos subtipos dentro de la misma. De nuevo, el estudio es piloto (muestra de 19 personas) y requiere más investigación.

Un ensayo clínico aleatorizado de 2020, con 68 participantes en el grupo experimental (muestra considerable), encontró que el consumo de trigo en mujeres con Sensibilidad al Gluten/Trigo No Celíaca desencadenaba síntomas ginecológicos (vaginitis, cistitis, irregularidades menstruales) con una frecuencia significativamente mayor que en pacientes con enfermedad celíaca o SII, lo que refuerza el argumento de que la SGNC sea una condición independiente de las otras dos. 

Hasta aquí, parece claro que hay bases suficientes como para considerar a la SGNC como una entidad diagnóstica propia. Sin embargo, podríamos preguntarnos, ¿puede el gluten dar problemas a personas que no tienen celiaquía ni SGNC?

Pues bien, más allá de las «modas» que han surgido en torno al gluten, no hay ninguna evidencia sólida para echarle las culpas a esta proteína (a menos que suframos las condiciones anteriores). En una revisión de 2016, se estudió el efecto de la gliadina sobre la zonulina, un regulador de la función de la barrera intestinal que se encarga de que exista cierta permeabilidad intestinal (aumentando la permeabilidad paracelular al actuar sobre las proteínas de unión estrecha) y los nutrientes del tubo digestivo puedan pasar a la sangre, pero que cuando está demasiado elevada conlleva un aumento excesivo de esta permeabilidad (cuyas consecuencias sobre la salud no están claras a día de hoy). En la revisión se demuestra que la gliadina, cuando llega a la superficie apical de las células epiteliales del intestino, provoca un aumento de la zonulina y de la permeabilidad, tanto en cultivos como en estudios con tejidos intestinales ex vivo (el pretratamiento con el inhibidor de zonulina AT-1001 redujo esta permeabilidad, pero no los niveles de zonulina). Ciertos péptidos no digeribles de gliadina se unen al receptor CXCR3 en la membrana apical de los enterocitos, lo que desencadena la liberación de zonulina mediada por la proteína MyD88. Este receptor CXCR3 parece estar sobrerrepresentado en estas estructuras en los pacientes celíacos (este dato proviene de estudios con humanos), donde los niveles de zonulina son mayores. Del mismo modo, se observa que la gliadina también es capaz de provocar una liberación de zonulina y citoquinas proinflamatorias en los macrófagos (ya no sólo en los enterocitos, además del efecto en las citoquinas), que se asemeja a la respuesta de éstos ante ciertas bacterias.

2.4.3. Diagnóstico

La única forma de diagnosticar esta intolerancia es retirar el gluten por completo (ver el apartado 2.3.4) y ver si los síntomas desaparecen. Pero antes de ello, hay que comprobar si existe una enfermedad celíaca, o una alergia al trigo (ver apartado 2.3.3). Desde que se deja de tomar gluten, los resultados deberían verse, a más tardar, a partir de las 6 semanas, según el Dr. Fernández-Bañares, Presidente de la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca y médico digestivo. Si pasado ese tiempo la sintomatología sigue igual, lo más probable es que el problema digestivo sea de otra índole (ver la pestaña «Diagnóstico TFD»).

Este trastorno cada vez tiene una mayor incidencia, y ha visto un gran desarrollo en los últimos 5-8 años. A día de hoy se estima que entre un 10 y un 20% de la población europea padece algún grado de Sensibilidad al Gluten No Celíaca, y la tendencia va en aumento.

2.4.4. Tratamiento

El tratamiento es la dieta sin gluten&fructanos de los TACC (ver modelo de dieta sin gluten de la Asociación Española de Gastroenterología). Si se toleran pequeñas cantidades, aquí no habría problema en mantenerlas (a diferencia de la celiaquía, donde sabemos que, aunque se tolere algo de gluten, siempre produce daño intestinal), mientras los síntomas estén «controlados». Un consejo importante es que, cuando comáis fuera, digáis que sois celíacos. Será mucho más sencillo que explicarle este apartado 2.4 al camarero, y os aseguráis de que tengan especial cuidado.