Existe el dolor porque los nervios, las terminaciones nerviosas, envian a nuestro cerebro la señal de que algo nos esta haciendo daño. No sentimos el dolor porque queremos sentirlo , sino que esas conexiones nerviosas se ven afectadas por algo.monikka escribió:Bueno,tampoko creo k haya k ser tan radical no creo k todos los k sufran estreñimiento padecieran ansiedad o depresion y no tienen porque mentir en eso...yo por ejemplo sufro diarreas y padezco atakes de ansiedad k jamas habia tenido hasta k llegaron las diarreas,pero eso no signifika k a todo el mundo le pase...
Yo tengo una hermana pekeña k tiene estreñimiento y es mas trankila k un mar en calma no debe saber ni k existe la ansiedad,en cambio se pasa dias y dias sin ir al baño...cada persona es un mundo y no se puede generalizar.
Yo he sido estreñida toda la vida, y siempre he sido tranquila. Sin embargo he tenido una depresion que casi me lleva a la muerte, y nunca en ese tiempo tuve ni estreñimiento ni diarrea. Quizas mis nervios estaban ocupados en otras cosas.
Creo que aventurarse a decir, que nuestra mente nuestra forma de ser , es la que provoca esta enfermedad es caminar hacia atras. ..
Yo a parte del sii, tengo dolicomegacolon, con lo cual mi estreñimiento va a ir en aumento el resto de mi vida pues mi colon va a ir creciendo proporcionalmente al estreñimiento que tengo. Seguramente tendre que tomar laxantes eventualmente el resto de mi vida. Los he tomado siendo niña chica cuando existia el famoso jarabe de manzana. No creo que entonces tuviera ansiedad ni estres.. pero en fin ...
La ansiedad y el estres causa el empeoramiento de las personas que tienen debilitada por decirlo de algun modo esta zona. Hay gente ansiosa que no tiene diarrea, y gente que si. Nuestro punto debil es el intestino porque algo no funciona bien dentro de el...
"Durante siglos, los galenos prestaron más atención a nuestro vientre que al cerebro, órgano al que tradicionalmente se le otorgó el cometido menor de ventilar la sangre. En todas las culturas antiguas y modernas se ha tenido la conciencia, al menos popular, de que nuestras tripas son capaces de experimentar emociones. Al recibir una buena noticia, un cosquilleo placentero invade la barriga, como si en su interior revolotearan miles de mariposas. Por el contrario, las situaciones de tensión, miedo o aflicción hacen que el estómago se encoja y sintamos como si un roedor escarbase en nuestras entrañas. La repulsión hacia algo o alguien puede llegar a producir náuseas e incluso provocar el vómito. Este mar de sensaciones estomacales empieza ahora a encontrar una explicación dentro de los límites de la ciencia. Fruto de décadas de trabajo, los científicos están en condición de afirmar que, por inaudito que pueda parecer, en el tracto gastrointestinal se aloja un segundo cerebro muy similar al que tenemos en la cabeza. Efectivamente, el tubo digestivo está literalmente tapizado por más de 100 millones de células nerviosas, casi exactamente igual que la cifra existente en toda la médula espinal, estructura que junto al encéfalo –cerebro, cerebelo y tronco encefálico– forma el denominado sistema nervioso central (SNC). Desde el punto de vista estructural, los neurólogos dividían el sistema nervioso en dos componentes: el central y el periférico (SNP). Este último incluye las neuronas sensitivas, que conectan el SNC con los receptores sensitivos; y las neuronas motoras, que ponen en comunicación el sistema central con los músculos y las glándulas.
http://www.zonade.com/aeii/articulo/cereb2.htm
No estaria de mas que explicaramos con ejemplos nuestras afirmaciones tan rotundas.