Antonio Solaz, destacado académico de Valencia, España, contribuyó a la semiología de este problema con una clasificación de los gases, según su sonoridad, como sigue:
Ruidoso o típico: asombra, pero no asusta.
Esforzado: exige un poco de esfuerzo, pero su resultado es incierto, porque puede caer en la categoría de acompañado.
Transeúnte: va al compás de cada paso. Hay personas que, después de muy penoso y largo entrenamiento, incluso logran generar notas musicales.
Silenciosos o bufas: los hay troceados, en que hay un esfuerzo de la persona por su aroma, silencioso y mortal. Son indicados para disolver reuniones.
Perfa: la bufa menos intensa, con olores reconocibles, como a ajo.
Calefa: con olores químicos, fermentados, lácteos, ácidos, dulzones.
Con acompañamiento: están los volcánicos, los con bragas y los burbujeantes.
¿Los conocerá o lo habrá dicho de oidos?
reyes