
Me llamo Antonio y tengo 39 años. Desde los 30 años más o menos vengo sufriendo de algunos trastornos intestinales y estomacales. Comenzó todo con molestias estomacales debidas a lo que me diagnosticaron como una pequeña hernia de hiato debida al stress laboral (soy informático, profesión propensa a trabajar bajo presión, jejeje). Esta hernia sanó sin problemas y no he vuelto a acordarme de ella, pero inmediatamente después comenzaron los gases. Nada exagerado, por otra parte, ni siquiera constante, sino simples molestias esporádicas por ruidos intestinales y pequeña hinchazón del vientre. Lo achaqué a que me gusta mucho la buena vida (comer en restaurantes, las cervecitas de mediodia, ...) y lo cierto es que haciendo un poco de deporte mejoré y he estado bien salvo días sueltos a lo largo de varios años.
Hace más o menos tres años comencé a experimentar algunas molestias mayores con los gases, como por ejemplo despertarme a media noche con dolor intestinal y tener que ir al baño. El dolor cesaba ipso facto tras evacuar, asi que no me preocupaba mucho. Me empecé a preocupar cuando me ocurrió con cierta frecuencia, una vez al mes más o menos. También comencé a alternar ciclos de diarrea/estreñimiento/diarrea con semanas enteras completamente normal. De hecho, al principio cuando tenía diarreas iba al médico y me solían decir lo típico de que era una gastroenteritis y tal, asi que dieta blanda que, efectivamente solucinaba el problema, aunque muchas veces se iba al extremo contrario y acababa super estreñido.
Un día, harto de tantas gastroenteritis, decicí no ir al médico ni hacer nada y, ¡oh sorpresa! la diarrea pasó exactamente igual que si hubiera hecho dieta blanda, salvo que... no había hecho dieta alguna. Desde entonces me di cuenta que lo mío no eran gastroenteritis sino algún tipo de trastorno funcional.
Como nada me dolía (salvo esas veces que despertaba a media noche) conviví con la situación durante muchos meses, un par de años casi, hasta que el pasado mes de enero me comenzó a doler de vez en cuando en la parte derecha del abdómen, como a unos cuatro o cinco dedos a la derecha del ombligo. Es un dolor puntual, no constante. Si me aprieto no logro reproducirlo, sólo duele cuando él quiere. A veces no me duele durante días, y de repente un día tengo ahi la molestia cada dos por tres. Nunca llega a ser un dolor agudo y fuerte, es más bien como un dolor muscular, no se si me explico.
Fui al médico en Febrero y me hicieron analítica de celiaquía, dos ecografías y una prueba de contraste bárico. La prueba de celiaquía dió negativo. Las ecografías decían que todo estaba bien, y el contraste bárico tampoco encontró trastornos orgánicos en el intestino, aunque si indicaba que había fragmentación del bario, lo que puede ser un sintoma inespecífico de mala absorción. El caso es que a nada de esto le dio importancia mi doctora (una eminente doctora del aparato digestivo que realiza además investigaciones sobre Crohn en la Universidad) y me dijo que lo único que observaba en todas las pruebas era estómago elongado, que podría estar causando los gases y la distensión intestinal. Me mandó omeprazol y Cidine (para aumentar la motilidad, creo que es).
Después de tres meses con el omeprazol y el cidine y al no mejorar (al contrario, el vientre cada vez lo tenía más duro y las molestias no iban a menos) decidí ir a por una segunda opinión. El doctor de la segunda opinión (un especialista del aparato digestivo que también es cirujano) analizó todas las pruebas de nuevo y confirmó el diagnóstico, pero achacándolo a cuestiones psicosomáticas. Me dijo que si quería dejase el Cidine y tomara sólo el omeprazol, y que él creía que mejoraría tomando un ansiolítico en pequeña dosis, el cual me recetó (alapril). Me pidió que volviera al mes para verificar si el ansiólitíco me había ayudado y confirmar el diagnóstico.
A mi lo del ansiolítico ya me daba mal rollo de entrada (no me gustan nada las pastillas), pero cuando fui al farmacéutico, al cual conozco, y me tuvo que pedir el DNI y tal, me acojoné. Luego leí el prospecto y... qué queréis que os diga... salían palabras como adicción, síndrome de abstinencia... uffff... esto no me o tomo yo ni loco. Y asi lo hice, no me tomé ni una dosis. Lo que hice fue aumentar el omeprazol y tomarme dos cápsulas diarias.
Cuando acudí de nuevo a consulta al mes siguiente (supuestamente iba a contarle al doctor cómo me había ido con el ansiolítico) le confesé que no lo había tomado, pero que con doble dosis de omeprazol estaba mejor. A ésto el me dijo que entonces confirmaba el diagnóstico aunque no me hubiera tomado el ansiolítico, porque el omeprazol de 20 mg no tiene efecto mayor por tomar una segunda dósis, asi que había sido mi cerebro el que había creído que me hacía efecto, confirmando el origen psicosomático del problema.
Yo soy un hombre más o menos tranquilo. Si que es verdad que en mi trabajo tengo presión y responsabilidad, que estoy en una fase profesional con grandes cambios en mi empresa, pero me cuesta mucho creer que todo lo que tengo, incluído ese dolor junto al ombligo que viene y va, sea debido a "nervios". Estoy acojonado de tener algo más grave que puedan haber pasado por alto. Lo cierto es que además de los ciclos de diarrea/estreñimiento también me encuentro flojo y a veces mareado, como con la tensión baja. Otra cosa que noto a veces es como un quemazón en la planta del pie izquierdo, como si tuviera mucho calor ahi. Dura sólo unos segundos pero es muy desagradable. También he notado que por las noches, aunque cene poco y temprado, al acostarme mi estómago está como latiendo, como si aún estuviera digiriendo la comida que hace más de tres horas ingirí.
Ahora a lo que iba (uff, que largo contar toda la historía, ¿alguien sigue ahi?), ¿debo preocuparme y continuar consultando médicos o el cuadro es claro de dispepsia funcional de origen psicosomático?