#1
Publicado: Sab Abr 30, 2011 7:04 pm
Pues buenos días a todos/as!;
En primer lugar quiero comentar, como ya hice en otro post, que me siento muy feliz de haber encontrado este foro y de poder ver que los mismos síntomas y miedos por los que paso y he pasado yo los comparte otra mucha gente.
Voy a intentar ser lo más breve posible en contar mi pequeña historia, que tampoco es cosa de hacer unas memorias.
Soy de Alicante (para que me situéis geográficamente) y siempre, desde que tengo uso de razón, he tenido problemas estomacales. Pero el desencadenamiento de los miedos y fobias que coges a no tener un váter cerca, o a la expulsión de gases (en mi caso no padezco de ruidos salvo en raras ocasiones) viene de mi adolescencia. Cuando tuve 15 años (tengo 26) padecí un duro caso de mobbing en el Instituto por mi orientación sexual. Los nervios que me entraban solo de pensar que tenía que acudir cada día a clase, las diarreas matutinas, el hecho de no poder prácticamente ni cenar para intentar no irme "por la pata abajo" al entrar a primera hora me hicieron perder veinte kilos. Cosa que estéticamente me vino muy bien (era un niño más bien regordete, pero eso sí, FELIZ), pero como podéis imaginar todo lo que sea colateralidad de una enfermedad, no es plato de buen gusto.
A partir de ese momento me hicieron muchas pruebas, por las que habéis pasado todos (la mayoría no las recuerdo, tened en cuenta que han pasado más de diez años!), entre ellas una colonoscopia, etc. Eso sí, recuerdo una anécdota... cuando me hicieron una ecografía para ver no sé exáctamente qué los médicos que me la realizaban comentaban que "no se veía nada de tanto gas que había". Finalmente mi Doctora de cabecera concluyó que se trataba de Intestino o Colón irritable, que ten´ñia que aprender a vivir con ello, y que esto además tenía una amplia carga psicológica que deberia aprender a controlar.
Los años han ido transcurriendo, y solo recuerdo una etapa feliz: la del final de mi educación secundaria, el Bachillerato, donde encontré una amiga que tenía también nuestro problema, y eso hacía que entre los dos trataramos de forma distendida, ¡casi incluso cómica!, el tema en nuestro grupo por lo que no tenía ya miedo a salir hasta altas horas de la noche, porque cuando no tenía que ir yo al baño, tenía que ir ella, y sentirme tan agusto y relajado hizo que todos esos transtornos casi desaparecieran pudiendo ingerir alcohol, cenas copiosas, etc, con total normalidad.
Estas amistades, por cosas de la vida se han ido disgregando, y ahora estoy acabando mi etapa universitaria. Durante estos cinco años no he tenido demasiados problemas estomacales, eso sí... ¿por qué razón?. Pues a costa de reducir y renunciar a aspectos de mi vida.
En primer lugar las clases las tengo por las tardes, y esas diarreas que todos conocemos solo las he tenido que padecer en algún exámen que me han puesto a primera hora. Nada más. Y si no tengo que ir a ningún lado hasta las cuatro de la tarde, pues no voy. Total, cada cuál en la Universidad se puede planificar como quiera.
El miedo me viene ahora, en Junio acabo mi Licenciatura y comienzo "la vida real". Tengo pánico a no poder afrontar el trabajo en una Oficina. A no poder irme este verano, por ejemplo, a estudiar inglés fuera si me dan la beca, o a no poder embarcarme en prácticas en el Extranjero.
He de decir que estoy encontrando muchos consejos sobre medicamentos, y tratamientos que yo nunca había consumido. Solo he tomado a veces Omeoprazol, con resultados dispares dependiendode mi nivel de nerviosismo al tener que enfrentarme a algo.
En fin, anécdotas de váteres tengo para aburrir. Solo hay una cosa buena, que no tengo miedo a ir de vientre en ningún lado por muy sucio que esté. La necesidad es lo que tiene y estoy curado de espanto.
Gracias por leerme.
En primer lugar quiero comentar, como ya hice en otro post, que me siento muy feliz de haber encontrado este foro y de poder ver que los mismos síntomas y miedos por los que paso y he pasado yo los comparte otra mucha gente.
Voy a intentar ser lo más breve posible en contar mi pequeña historia, que tampoco es cosa de hacer unas memorias.
Soy de Alicante (para que me situéis geográficamente) y siempre, desde que tengo uso de razón, he tenido problemas estomacales. Pero el desencadenamiento de los miedos y fobias que coges a no tener un váter cerca, o a la expulsión de gases (en mi caso no padezco de ruidos salvo en raras ocasiones) viene de mi adolescencia. Cuando tuve 15 años (tengo 26) padecí un duro caso de mobbing en el Instituto por mi orientación sexual. Los nervios que me entraban solo de pensar que tenía que acudir cada día a clase, las diarreas matutinas, el hecho de no poder prácticamente ni cenar para intentar no irme "por la pata abajo" al entrar a primera hora me hicieron perder veinte kilos. Cosa que estéticamente me vino muy bien (era un niño más bien regordete, pero eso sí, FELIZ), pero como podéis imaginar todo lo que sea colateralidad de una enfermedad, no es plato de buen gusto.
A partir de ese momento me hicieron muchas pruebas, por las que habéis pasado todos (la mayoría no las recuerdo, tened en cuenta que han pasado más de diez años!), entre ellas una colonoscopia, etc. Eso sí, recuerdo una anécdota... cuando me hicieron una ecografía para ver no sé exáctamente qué los médicos que me la realizaban comentaban que "no se veía nada de tanto gas que había". Finalmente mi Doctora de cabecera concluyó que se trataba de Intestino o Colón irritable, que ten´ñia que aprender a vivir con ello, y que esto además tenía una amplia carga psicológica que deberia aprender a controlar.
Los años han ido transcurriendo, y solo recuerdo una etapa feliz: la del final de mi educación secundaria, el Bachillerato, donde encontré una amiga que tenía también nuestro problema, y eso hacía que entre los dos trataramos de forma distendida, ¡casi incluso cómica!, el tema en nuestro grupo por lo que no tenía ya miedo a salir hasta altas horas de la noche, porque cuando no tenía que ir yo al baño, tenía que ir ella, y sentirme tan agusto y relajado hizo que todos esos transtornos casi desaparecieran pudiendo ingerir alcohol, cenas copiosas, etc, con total normalidad.
Estas amistades, por cosas de la vida se han ido disgregando, y ahora estoy acabando mi etapa universitaria. Durante estos cinco años no he tenido demasiados problemas estomacales, eso sí... ¿por qué razón?. Pues a costa de reducir y renunciar a aspectos de mi vida.
En primer lugar las clases las tengo por las tardes, y esas diarreas que todos conocemos solo las he tenido que padecer en algún exámen que me han puesto a primera hora. Nada más. Y si no tengo que ir a ningún lado hasta las cuatro de la tarde, pues no voy. Total, cada cuál en la Universidad se puede planificar como quiera.
El miedo me viene ahora, en Junio acabo mi Licenciatura y comienzo "la vida real". Tengo pánico a no poder afrontar el trabajo en una Oficina. A no poder irme este verano, por ejemplo, a estudiar inglés fuera si me dan la beca, o a no poder embarcarme en prácticas en el Extranjero.
He de decir que estoy encontrando muchos consejos sobre medicamentos, y tratamientos que yo nunca había consumido. Solo he tomado a veces Omeoprazol, con resultados dispares dependiendode mi nivel de nerviosismo al tener que enfrentarme a algo.
En fin, anécdotas de váteres tengo para aburrir. Solo hay una cosa buena, que no tengo miedo a ir de vientre en ningún lado por muy sucio que esté. La necesidad es lo que tiene y estoy curado de espanto.
Gracias por leerme.