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Publicado: Mar Sep 09, 2008 9:35 pm
Muchos ya sabéis que tengo adherencias de las gordas, de las que te llevan de vez en cuando al hospital con obstrucciones. Afortunadamente no me ha vuelto a pasar desde que me intervinieron en octubre del 2006, pero guerra me siguen dando pues hoy por hoy es imposible quitarlas. Sin embargo ése es el menor de mis problemas.
Hace años me diagnosticaron SII por mis diarreas alternadas con estreñimiento y mi hipersensibilidad tanto en el intestino como en la piel, como en mi forma de ser, etc. Pero hay más cosas que además se están agravando y me han llevado a una situación de inutilidad total. Ya no puedo trabajar ni estudiar ni na de na.
Allá va una parte de mis síntomas: Insomnio atroz, dificultad para despertarme, ataques de sueño, temblores, taquicardias, dolores musculares y malestar tipo gripe(dolores musculares, de cabeza, y de todo tipo), problemas digestivos tipo gastroenteritis (diarreas, dolor, nauseas, etc), visión borrosa, falta de coordinación, dificultad o imposibilidad de concentrarme, torpeza física y psíquica, me cuesta vocalizar, se me caen las cosas, me baja muchísimo la tensión y tengo mareos, fatiga extrema. Dolor y latido bajo el estómago, sensación de inflamación en la tripa. Me dejo muchos más, como pérdida de memoria, irritabilidad, bueno un sinfín más de "cosas raras" como yo las llamo.
Estos síntomas se dan junto con otros en la boca (van a la par, incluso aumentan en igual medida con el paso del tiempo): Calambres en algunas muelas, dolor, infecciones que no se sabe por qué se producen, dolor agudo en un lado de la cara y cuello. Tengo hipersensibilidad en toda la boca, especialmente en algunas zonas (una simple limpieza de boca para mí es una tortura)…
Todo este cuadro se da durante todo el año y cada vez más a menudo. Estoy hablando de que ya hay pocos días al año en los que me encuentre bien. Me han hecho muchas pruebas descartando todas las enfermedades comunes y yo no relaciono los días malos con nada excepto con los cambios de tiempo, soy extremadamente sensible a éstos y en invierno especialmente es cuando peor lo paso hasta el punto que tengo pensado mudarme al sur, por tener un clima más suave.
Hasta ahora los médicos han pasado bastante de mí. Ya nunca más volvieron a nombrar el SII tras descubrirme las adherencias. Me traté de depresión esperanzada, pensé que así mejoraría de todo y no fue así, para nada. En el fondo sabía que no era por eso pero me convencieron de ello y me convenía que fuera cierto, ojala hubiese sido ese el problema.
Ahora estoy pendiente de los resultados de varios especialistas. El neurólogo está convencido de que tengo narcolepsia y como las pruebas no terminan de darle la razón, me las vuelve a repetir. Esto no es serio, si no se sabe qué me sucede difícilmente van a dar con ello si no ven más allá de la narcolepsia, que parece que se está poniendo de moda. Estoy esperando los resultados de la última prueba.
El internista al principio me lo pone difícil, porque “se me ve bien” y las pruebas que hasta ahora me han realizado no dan muestra de nada fuera de lo “normal”. Además tiene prisa, se le nota y lo sé porque me adelantaron la cita por ese motivo.
Pero le doy caña, le digo que no me parece normal que una misma persona tenga un problema en el intestino que le ha llevado a pasar dos veces por quirófano y varias veces ingresada por obstrucciones, un trastorno de sueño que no tiene nada que envidiar a la Narcolepsia, que con cada vacuna entre en el sorteo de una o más noches en el hospital, que además tenga un trastorno importante del periodo que no se regula ni con anovulatorios y otras tantas cosas más. Él insiste en que lo correcto es que cada especialista me tratase por separado teniendo en cuenta aquello que le compete y yo insisto en que si ha sido así siempre y no han conseguido nada, será que las cosas no se hacen de esa manera, al menos conmigo.
La enfermera se pone chula y me dice que qué les estoy contando. Le demuestro que hablo con propiedad, les pongo varios ejemplos. Les cuento cómo un día llegué a urgencias con un dolor de tripa de querer morirme y que tras hacerme varias pruebas y salir todas perfectas lo único que muestra algo es una ecografía en la que, poniendo mucho empeño les parece ver algo que podría tratarse de un cáncer de ovario. Pero no están seguros y me meten a quirófano pues los gritos que pego claman al cielo y se encuentran con un metro de intestino necrosado. Alucinan en colores, no encuentran la causa, no me realizan biopsia alguna y tras casi un mes ingresada me mandan para casita con un azote porque tras otra prueba todo indica que está todo perfecto. ¿Perfecto? eso decíais cuando llegué de urgencia y yo os sigo diciendo que algo no marcha bien pero da igual, los médicos son ellos y yo una cría de 13 años.
Entonces la enfermera se calla, qué coño va a decir después de eso y el internista va entendiendo mi punto de vista. Me pide una ecografía abdominal y le digo que como ésa me han hecho cientos, que nunca ven nada, que si no le parece absurdo repetir siempre las mismas pruebas. Entonces me pide un TAC, no es la primera vez que me lo hacen pero no en la Seguridad Social y me callo la boca, mejor eso que nada. También me pide unos análisis completitos, como hasta ahora no me han hecho nunca y me comenta que hay enfermedades metabólicas que podrían relacionar todo.
A todo esto también sale de su boca la palabra obsesión y le digo que si yo llevase con problemas de salud poco tiempo, podría decirme que estoy obsesionada y no me enfrento a ello desde un punto de vista objetivo, pero no es así, llevo enferma casi toda mi vida, luchando y haciendo lo posible por salir adelante y sin embargo cada vez estoy peor. Obsesión? yo creo que no. Entonces me dice que él no es psiquiatra y yo tengo que entender que en 5 minutos de consulta no puede valorar todo lo que me sucede y yo le contesto que claro que lo entiendo pero él también tiene que comprender que ése no es mi problema y obsesionada no, pero empeñada sí estoy en que al menos hagan lo posible por encontrar algo que me permita hacer una vida medianamente normal, que tengo casi 29 años y estoy peor que mi abuela de 80, ella se vale más, de hecho mi historial médico supera con creces al suyo y eso es muy triste.
Estoy a la espera de los resultados pero no sé, no creo que revelen nada. Si me dice que no es nada y tengo obsesión o depresión le retaré a que me mande valorar por un grupo psiquiatras si hace falta, a mí no me vale que me venga con ésas a estas alturas del cuento. Tengo la cabeza muy bien amueblada, está mal que yo lo diga yo pero es así y menos mal, porque si no no sé qué sería de mí ahora.
También sé que no tengo que pensar que los médicos darán con la cura, de hecho quizás no sepan ni darle nombre a lo que me pasa pero al menos tengo que intentar que me traten en condiciones, que ya está bien.
Lo pienso y lo repienso y es que comprendo que desconcertara hasta a mi ex novio. Cuando estoy jodida no valgo para nada pero en cuanto estoy bien me olvido de todo lo malo, salgo, me divierto, me río como la que más, hago reír a todos, me emociono y quiero pensar que ya no voy a volver a estar tan mal. Si hace falta me tomo alguna copa porque claro, alcohol=caca, todos lo sabemos, pero si me da igual beber que no, pues me doy el gusto al cuerpo. Y todo eso confunde, es normal. O no, igual solo quiero justificar a mi ex novio. Pero aunque fuese así, no tengo la culpa, y necesito decírmelo porque cuando alguien me pregunta aún a día de hoy: -¿pero tú, cómo es que dejaste la carrera? te gustaba, se te daba bien, hasta sacaste nota en algunas asignaturas de las más chungas…- me siento perdida, no sé qué decir, joder, si ya sabes que estoy fatal de salud, que ahora la mayor parte de los días no soy capaz de hacer la o con un canuto (joder, y yo que resolvía integrales triples en problemas de ingeniería, ahora soy más tonta que una patata). Pues lo paso mal, porque no sé si es que se piensan que de pronto me volví vaga o rara o yo qué sé, todo menos que mi situación se deba a mi mala salud.
Joder vaya post me he marcado. Siento meteros el rollo.
Estoy jodida y bien jodida, pero no pienso dejar de luchar.
Hace años me diagnosticaron SII por mis diarreas alternadas con estreñimiento y mi hipersensibilidad tanto en el intestino como en la piel, como en mi forma de ser, etc. Pero hay más cosas que además se están agravando y me han llevado a una situación de inutilidad total. Ya no puedo trabajar ni estudiar ni na de na.
Allá va una parte de mis síntomas: Insomnio atroz, dificultad para despertarme, ataques de sueño, temblores, taquicardias, dolores musculares y malestar tipo gripe(dolores musculares, de cabeza, y de todo tipo), problemas digestivos tipo gastroenteritis (diarreas, dolor, nauseas, etc), visión borrosa, falta de coordinación, dificultad o imposibilidad de concentrarme, torpeza física y psíquica, me cuesta vocalizar, se me caen las cosas, me baja muchísimo la tensión y tengo mareos, fatiga extrema. Dolor y latido bajo el estómago, sensación de inflamación en la tripa. Me dejo muchos más, como pérdida de memoria, irritabilidad, bueno un sinfín más de "cosas raras" como yo las llamo.
Estos síntomas se dan junto con otros en la boca (van a la par, incluso aumentan en igual medida con el paso del tiempo): Calambres en algunas muelas, dolor, infecciones que no se sabe por qué se producen, dolor agudo en un lado de la cara y cuello. Tengo hipersensibilidad en toda la boca, especialmente en algunas zonas (una simple limpieza de boca para mí es una tortura)…
Todo este cuadro se da durante todo el año y cada vez más a menudo. Estoy hablando de que ya hay pocos días al año en los que me encuentre bien. Me han hecho muchas pruebas descartando todas las enfermedades comunes y yo no relaciono los días malos con nada excepto con los cambios de tiempo, soy extremadamente sensible a éstos y en invierno especialmente es cuando peor lo paso hasta el punto que tengo pensado mudarme al sur, por tener un clima más suave.
Hasta ahora los médicos han pasado bastante de mí. Ya nunca más volvieron a nombrar el SII tras descubrirme las adherencias. Me traté de depresión esperanzada, pensé que así mejoraría de todo y no fue así, para nada. En el fondo sabía que no era por eso pero me convencieron de ello y me convenía que fuera cierto, ojala hubiese sido ese el problema.
Ahora estoy pendiente de los resultados de varios especialistas. El neurólogo está convencido de que tengo narcolepsia y como las pruebas no terminan de darle la razón, me las vuelve a repetir. Esto no es serio, si no se sabe qué me sucede difícilmente van a dar con ello si no ven más allá de la narcolepsia, que parece que se está poniendo de moda. Estoy esperando los resultados de la última prueba.
El internista al principio me lo pone difícil, porque “se me ve bien” y las pruebas que hasta ahora me han realizado no dan muestra de nada fuera de lo “normal”. Además tiene prisa, se le nota y lo sé porque me adelantaron la cita por ese motivo.
Pero le doy caña, le digo que no me parece normal que una misma persona tenga un problema en el intestino que le ha llevado a pasar dos veces por quirófano y varias veces ingresada por obstrucciones, un trastorno de sueño que no tiene nada que envidiar a la Narcolepsia, que con cada vacuna entre en el sorteo de una o más noches en el hospital, que además tenga un trastorno importante del periodo que no se regula ni con anovulatorios y otras tantas cosas más. Él insiste en que lo correcto es que cada especialista me tratase por separado teniendo en cuenta aquello que le compete y yo insisto en que si ha sido así siempre y no han conseguido nada, será que las cosas no se hacen de esa manera, al menos conmigo.
La enfermera se pone chula y me dice que qué les estoy contando. Le demuestro que hablo con propiedad, les pongo varios ejemplos. Les cuento cómo un día llegué a urgencias con un dolor de tripa de querer morirme y que tras hacerme varias pruebas y salir todas perfectas lo único que muestra algo es una ecografía en la que, poniendo mucho empeño les parece ver algo que podría tratarse de un cáncer de ovario. Pero no están seguros y me meten a quirófano pues los gritos que pego claman al cielo y se encuentran con un metro de intestino necrosado. Alucinan en colores, no encuentran la causa, no me realizan biopsia alguna y tras casi un mes ingresada me mandan para casita con un azote porque tras otra prueba todo indica que está todo perfecto. ¿Perfecto? eso decíais cuando llegué de urgencia y yo os sigo diciendo que algo no marcha bien pero da igual, los médicos son ellos y yo una cría de 13 años.
Entonces la enfermera se calla, qué coño va a decir después de eso y el internista va entendiendo mi punto de vista. Me pide una ecografía abdominal y le digo que como ésa me han hecho cientos, que nunca ven nada, que si no le parece absurdo repetir siempre las mismas pruebas. Entonces me pide un TAC, no es la primera vez que me lo hacen pero no en la Seguridad Social y me callo la boca, mejor eso que nada. También me pide unos análisis completitos, como hasta ahora no me han hecho nunca y me comenta que hay enfermedades metabólicas que podrían relacionar todo.
A todo esto también sale de su boca la palabra obsesión y le digo que si yo llevase con problemas de salud poco tiempo, podría decirme que estoy obsesionada y no me enfrento a ello desde un punto de vista objetivo, pero no es así, llevo enferma casi toda mi vida, luchando y haciendo lo posible por salir adelante y sin embargo cada vez estoy peor. Obsesión? yo creo que no. Entonces me dice que él no es psiquiatra y yo tengo que entender que en 5 minutos de consulta no puede valorar todo lo que me sucede y yo le contesto que claro que lo entiendo pero él también tiene que comprender que ése no es mi problema y obsesionada no, pero empeñada sí estoy en que al menos hagan lo posible por encontrar algo que me permita hacer una vida medianamente normal, que tengo casi 29 años y estoy peor que mi abuela de 80, ella se vale más, de hecho mi historial médico supera con creces al suyo y eso es muy triste.
Estoy a la espera de los resultados pero no sé, no creo que revelen nada. Si me dice que no es nada y tengo obsesión o depresión le retaré a que me mande valorar por un grupo psiquiatras si hace falta, a mí no me vale que me venga con ésas a estas alturas del cuento. Tengo la cabeza muy bien amueblada, está mal que yo lo diga yo pero es así y menos mal, porque si no no sé qué sería de mí ahora.
También sé que no tengo que pensar que los médicos darán con la cura, de hecho quizás no sepan ni darle nombre a lo que me pasa pero al menos tengo que intentar que me traten en condiciones, que ya está bien.
Lo pienso y lo repienso y es que comprendo que desconcertara hasta a mi ex novio. Cuando estoy jodida no valgo para nada pero en cuanto estoy bien me olvido de todo lo malo, salgo, me divierto, me río como la que más, hago reír a todos, me emociono y quiero pensar que ya no voy a volver a estar tan mal. Si hace falta me tomo alguna copa porque claro, alcohol=caca, todos lo sabemos, pero si me da igual beber que no, pues me doy el gusto al cuerpo. Y todo eso confunde, es normal. O no, igual solo quiero justificar a mi ex novio. Pero aunque fuese así, no tengo la culpa, y necesito decírmelo porque cuando alguien me pregunta aún a día de hoy: -¿pero tú, cómo es que dejaste la carrera? te gustaba, se te daba bien, hasta sacaste nota en algunas asignaturas de las más chungas…- me siento perdida, no sé qué decir, joder, si ya sabes que estoy fatal de salud, que ahora la mayor parte de los días no soy capaz de hacer la o con un canuto (joder, y yo que resolvía integrales triples en problemas de ingeniería, ahora soy más tonta que una patata). Pues lo paso mal, porque no sé si es que se piensan que de pronto me volví vaga o rara o yo qué sé, todo menos que mi situación se deba a mi mala salud.
Joder vaya post me he marcado. Siento meteros el rollo.
Estoy jodida y bien jodida, pero no pienso dejar de luchar.