#1
Publicado: Dom Dic 04, 2016 4:51 am
Hola foro,
Esta es mi primer publicación. Consideré bastante innecesario presentarme en la otra sección dado que no suelo explayarme mucho al hablar sobre mí mismo, además de ser bastante discreto y reservado en lo que concierne a mi vida personal, aun en el anonimato de internet.
Pido disculpas anticipadas en el caso de que mi texto les parezca muy extenso. Es mi primera publicación y quisiera explicar detalladamente mi situación. Espero que sepan entenderlo.
Padezco SII desde hace aproximadamente 6 meses. Luego de un momento de mucho estrés por cuestiones académicas, empecé a tener deposiciones con forma y consistencia, pero sin la solidez habitual.
En un principio, pensé que sería pasajero, pero al no serlo (ya había terminado mi cursada y empezaban mis vacaciones de invierno), y a pesar de que no me molestaba, decidí acudir al gastroenterólogo de mi confianza "por si acaso". Me dijo que seguramente era por el estrés y me recetó trimebutina, que en un principio logró "solidificar" mis heces, pero al cabo de unas semanas dejó de tener tal efecto. A todo esto, a medida que pasaban las semanas, mis heces perdían aún más solidez y, lo que es peor, también forma y consistencia. Por si fuera poco, empezaban a aparecer las primeras "recaídas" o "descomposturas": episodios de diarrea totalmente líquida, acompañadas de un dolor (antes, durante y después) que, para mi sorpresa, llegaba a sacarme lágrimas. El doctor siguió recetándome trimebutina, alegando que era mejor tomarla que no tomar nada, aunque aquella no tuviera el efecto más esperado. No me recetó ningún estudio, dado que ya tenía unos análisis míos (ecografía biliar, análisis de sangre y de orina) del año anterior, todos ellos normales. Los síntomas siguieron empeorando, y se empezó a gestar, poco a poco, el tan famoso "miedo" a salir de casa, a sufrir algún "episodio" en la via pública o en la casa de una persona con la que no tuviera suficiente confianza. Ya en la tercer visita, el doctor me dijo que podía ir a hacerme una colonoscopía para despejar cualquier duda, aunque él estaba seguro de que los resultados darían bien, ya que los otros estudios (ecografía y análisis) permitían esperar tal resultado. Acepté, pero lo consideré un estudio muy invasivo e inapropiado para mi corta edad (21 años), por lo que lo descarté, dejándolo como "último recurso".
Los síntomas empeoraban y empeoraban, y decidí cambiar de médico. Quería ver una opinión alternativa antes de hacerme la colonoscopía. Ahora, la gastroenteróloga me recetó bromuro de otilonio (ella lo consideraba "más eficiente" que la trimebutina). A esa altura, ya ningún fármaco iba a darme resultado. La doctora revisó mis estudios anteriores y comprobó que todo estaba en orden y, aunque siguió resetándome el bromuro de otilionio, me dijo que lo más importante era mantener la cabeza despejada y hacer actividades que me desconectasen del día a día. Además, me dijo que la colonoscopía era muy invasiva y que, en mi caso, no había suficientes razones para someterme a un estudio de esas características.
Esa es mi situación al día de hoy. La próxima semana la doctora analizará un nuevo análisis de sangre que me hice, para ver si soy celíaco o si tengo alguna intolerancia no-celíaca. La otra semana tengo un turno con un tercer médico, recomendado por una amiga de mi madre, que no solo es gastroenterólogo, sino también homeópata y acupuntor, haciendo a la vez de una especie de "psicólogo".
Estos son los síntomas que padezco al día de hoy. Algunos de ellos aparecieron primero, otros después, dependiendo del caso. Seguramente coincidamos en algunos de ellos:
-Diarrea(que no llega a ser totalmente líquida), con una deposición por día, 90% de las veces por la mañana (a los pocos minutos de despertarme). A veces precedida por uno o más retorcijones fuertes que en cierto modo me "avisan" de lo que va a ocurrir. Muy pocas veces tengo 2 deposiciones diarias.
-Sensibilidad al contacto físico con mi zona abdominal, es decir: dolor/molestia al apretarme la panza, al acostarme boca abajo, al comprimir la zona (por ejemplo, al agacharme o al atarme los cordones), al realizar algún movimiento brusco, etcétera.
-Malestar digestivo general difícil de describir. Consta en tener la sensación de tener acidez, o el estómago revuelto, o los intestinos muy sensibles, o una mezcla de todos ellos.
-Dolor intestinal medianamente agudo o agudo, identificable generalmente en la zona izquierda del bajo vientre, en cualquier momento del día.
-Hinchazón en pocas ocasiones, acompañada de dolor de panza constante e imposibilidad de soltar gases (ya sea por via oral o anal). De duración variable, puede durar pocas horas o días.
Hay algunos síntomas que no padezco, que se presentan en otras personas, tales son: estreñimiento (ojalá!), nauseas, vómitos, incontinencia, numerosas deposiciones diarias. Seguramente me esté olvidando de alguno.
En cuanto a los efectos colaterales, el más notorio es el miedo a salir de casa: no me siento cómodo en ningún lugar que no sea mi casa y generalmente pienso bastante en el "qué será" cuando estoy fuera de ella. Además, mi vida social e incluso sexual está puesta en jaque: he empezado, poco a poco, a salir menos con amigos y/o con mujeres. Siento que el SII me domina, que yo me adapto a él, y no que él se adapta a mí. De ello se deriva que, en vez de "luchar" por mis antiguas costumbres y mi vida social, busque actividades cómodas (en casa o cerca de ella, en algún lugar donde tenga un baño cerca) y solitarias. Es por esto que cada vez tengo más tiempo para mí. Hago mucho ejercicio (3 veces al gimnasio en la semana, dos horas cada vez, aunque no hago ejercicios aeróbicos dado que ocasionalmente me producen acidez). También me empecé a refugiar en actividades como la lectura o la música (leo mucho y también toco mucho el bajo eléctrico).
Todo esto me produce una mezcla entre impotencia y resignación: me siento incapaz de mantener mi vida social, pero al mismo tiempo me resigno a la misma, concibiéndola como una etapa pasada, que debe cerrarse ante la apertura de una etapa más "madura" y "adulta", con menos fiesta y excesos y más tiempo para mí. Obviamente, esa "nueva etapa" es solo un eufemismo que me auto-impongo para mirar para otro lado, en vez de tratar de mantener mi antiguo nivel de vida, con el que estaba relativamente contento y estable emocionalmente.
Por último, hay dos cosas que me producen más impotencia.
Por un lado, el hecho de que mi SII haya aparecido con un período de estrés universitario, acontecimiento que, comparado con el de otros pacientes con SII, es irrelevante. No he estado ni cerca de padecer los disparadores más usuales del SII, a saber: muerte de algún ser querido, crisis de pareja o picos de estrés reales. ¿Por qué digo "reales"? Porque, por otro lado, mi ritmo de vida es muy tranquilo: no trabajo, me dedico solamente a mis estudios, hago ejercicio diario y considero que hago todas las actividades recreativas que me gustarían hacer. Un verdadero pico de estrés se da en gente que trabaja, que estudia, que tiene una familia y que afronta muchas responsabilidades al mismo tiempo; obviamente, no es mi caso.
En fin, hago todo lo que se suele recomendar frente al padecimiento de este síndrome, pero aún sigo padeciéndolo, y parece empeorar con el correr del tiempo.
Agradezco a quien dedique su tiempo a leer mi publicación y a quienes habilitan este espacio de ayuda mutua. Independientemente de cuánta gente lea esto, ya me conformo con haber podido hacer un descargo personal por primera vez en mucho tiempo.
(PD: Obviamente, agradezco a quien, comparta mis síntomas o no, quiera darme algún consejo "novedoso" que le haya funcionado para mejorar su nivel de vida.)
Esta es mi primer publicación. Consideré bastante innecesario presentarme en la otra sección dado que no suelo explayarme mucho al hablar sobre mí mismo, además de ser bastante discreto y reservado en lo que concierne a mi vida personal, aun en el anonimato de internet.
Pido disculpas anticipadas en el caso de que mi texto les parezca muy extenso. Es mi primera publicación y quisiera explicar detalladamente mi situación. Espero que sepan entenderlo.
Padezco SII desde hace aproximadamente 6 meses. Luego de un momento de mucho estrés por cuestiones académicas, empecé a tener deposiciones con forma y consistencia, pero sin la solidez habitual.
En un principio, pensé que sería pasajero, pero al no serlo (ya había terminado mi cursada y empezaban mis vacaciones de invierno), y a pesar de que no me molestaba, decidí acudir al gastroenterólogo de mi confianza "por si acaso". Me dijo que seguramente era por el estrés y me recetó trimebutina, que en un principio logró "solidificar" mis heces, pero al cabo de unas semanas dejó de tener tal efecto. A todo esto, a medida que pasaban las semanas, mis heces perdían aún más solidez y, lo que es peor, también forma y consistencia. Por si fuera poco, empezaban a aparecer las primeras "recaídas" o "descomposturas": episodios de diarrea totalmente líquida, acompañadas de un dolor (antes, durante y después) que, para mi sorpresa, llegaba a sacarme lágrimas. El doctor siguió recetándome trimebutina, alegando que era mejor tomarla que no tomar nada, aunque aquella no tuviera el efecto más esperado. No me recetó ningún estudio, dado que ya tenía unos análisis míos (ecografía biliar, análisis de sangre y de orina) del año anterior, todos ellos normales. Los síntomas siguieron empeorando, y se empezó a gestar, poco a poco, el tan famoso "miedo" a salir de casa, a sufrir algún "episodio" en la via pública o en la casa de una persona con la que no tuviera suficiente confianza. Ya en la tercer visita, el doctor me dijo que podía ir a hacerme una colonoscopía para despejar cualquier duda, aunque él estaba seguro de que los resultados darían bien, ya que los otros estudios (ecografía y análisis) permitían esperar tal resultado. Acepté, pero lo consideré un estudio muy invasivo e inapropiado para mi corta edad (21 años), por lo que lo descarté, dejándolo como "último recurso".
Los síntomas empeoraban y empeoraban, y decidí cambiar de médico. Quería ver una opinión alternativa antes de hacerme la colonoscopía. Ahora, la gastroenteróloga me recetó bromuro de otilonio (ella lo consideraba "más eficiente" que la trimebutina). A esa altura, ya ningún fármaco iba a darme resultado. La doctora revisó mis estudios anteriores y comprobó que todo estaba en orden y, aunque siguió resetándome el bromuro de otilionio, me dijo que lo más importante era mantener la cabeza despejada y hacer actividades que me desconectasen del día a día. Además, me dijo que la colonoscopía era muy invasiva y que, en mi caso, no había suficientes razones para someterme a un estudio de esas características.
Esa es mi situación al día de hoy. La próxima semana la doctora analizará un nuevo análisis de sangre que me hice, para ver si soy celíaco o si tengo alguna intolerancia no-celíaca. La otra semana tengo un turno con un tercer médico, recomendado por una amiga de mi madre, que no solo es gastroenterólogo, sino también homeópata y acupuntor, haciendo a la vez de una especie de "psicólogo".
Estos son los síntomas que padezco al día de hoy. Algunos de ellos aparecieron primero, otros después, dependiendo del caso. Seguramente coincidamos en algunos de ellos:
-Diarrea(que no llega a ser totalmente líquida), con una deposición por día, 90% de las veces por la mañana (a los pocos minutos de despertarme). A veces precedida por uno o más retorcijones fuertes que en cierto modo me "avisan" de lo que va a ocurrir. Muy pocas veces tengo 2 deposiciones diarias.
-Sensibilidad al contacto físico con mi zona abdominal, es decir: dolor/molestia al apretarme la panza, al acostarme boca abajo, al comprimir la zona (por ejemplo, al agacharme o al atarme los cordones), al realizar algún movimiento brusco, etcétera.
-Malestar digestivo general difícil de describir. Consta en tener la sensación de tener acidez, o el estómago revuelto, o los intestinos muy sensibles, o una mezcla de todos ellos.
-Dolor intestinal medianamente agudo o agudo, identificable generalmente en la zona izquierda del bajo vientre, en cualquier momento del día.
-Hinchazón en pocas ocasiones, acompañada de dolor de panza constante e imposibilidad de soltar gases (ya sea por via oral o anal). De duración variable, puede durar pocas horas o días.
Hay algunos síntomas que no padezco, que se presentan en otras personas, tales son: estreñimiento (ojalá!), nauseas, vómitos, incontinencia, numerosas deposiciones diarias. Seguramente me esté olvidando de alguno.
En cuanto a los efectos colaterales, el más notorio es el miedo a salir de casa: no me siento cómodo en ningún lugar que no sea mi casa y generalmente pienso bastante en el "qué será" cuando estoy fuera de ella. Además, mi vida social e incluso sexual está puesta en jaque: he empezado, poco a poco, a salir menos con amigos y/o con mujeres. Siento que el SII me domina, que yo me adapto a él, y no que él se adapta a mí. De ello se deriva que, en vez de "luchar" por mis antiguas costumbres y mi vida social, busque actividades cómodas (en casa o cerca de ella, en algún lugar donde tenga un baño cerca) y solitarias. Es por esto que cada vez tengo más tiempo para mí. Hago mucho ejercicio (3 veces al gimnasio en la semana, dos horas cada vez, aunque no hago ejercicios aeróbicos dado que ocasionalmente me producen acidez). También me empecé a refugiar en actividades como la lectura o la música (leo mucho y también toco mucho el bajo eléctrico).
Todo esto me produce una mezcla entre impotencia y resignación: me siento incapaz de mantener mi vida social, pero al mismo tiempo me resigno a la misma, concibiéndola como una etapa pasada, que debe cerrarse ante la apertura de una etapa más "madura" y "adulta", con menos fiesta y excesos y más tiempo para mí. Obviamente, esa "nueva etapa" es solo un eufemismo que me auto-impongo para mirar para otro lado, en vez de tratar de mantener mi antiguo nivel de vida, con el que estaba relativamente contento y estable emocionalmente.
Por último, hay dos cosas que me producen más impotencia.
Por un lado, el hecho de que mi SII haya aparecido con un período de estrés universitario, acontecimiento que, comparado con el de otros pacientes con SII, es irrelevante. No he estado ni cerca de padecer los disparadores más usuales del SII, a saber: muerte de algún ser querido, crisis de pareja o picos de estrés reales. ¿Por qué digo "reales"? Porque, por otro lado, mi ritmo de vida es muy tranquilo: no trabajo, me dedico solamente a mis estudios, hago ejercicio diario y considero que hago todas las actividades recreativas que me gustarían hacer. Un verdadero pico de estrés se da en gente que trabaja, que estudia, que tiene una familia y que afronta muchas responsabilidades al mismo tiempo; obviamente, no es mi caso.
En fin, hago todo lo que se suele recomendar frente al padecimiento de este síndrome, pero aún sigo padeciéndolo, y parece empeorar con el correr del tiempo.
Agradezco a quien dedique su tiempo a leer mi publicación y a quienes habilitan este espacio de ayuda mutua. Independientemente de cuánta gente lea esto, ya me conformo con haber podido hacer un descargo personal por primera vez en mucho tiempo.
(PD: Obviamente, agradezco a quien, comparta mis síntomas o no, quiera darme algún consejo "novedoso" que le haya funcionado para mejorar su nivel de vida.)