skamada escribió:Pues Carlos, perdona, pero manda huevos que sólo hayas entrado a este foro a discutirnos esto y no a echarle una mano a alguno de los muchos que por aquí andan desesperados, sin solución. Que el foro tiene muchos más apartados, y sólo te has molestado en responder en éste, que, si te fijas, es de los que menos movimiento tienen...
También podías haber aportado estudios punteros que te pareciesen interesantes o comentarnos qué se hace en tu país con esta dolencia, o hablar un poco sobre la etiología del SII
Pero sólo entrar para fustigarnos... pues no es que sea muy constructivo.
Estaba yo a puntito de decir algo parecido.
Creo que más médicos deberían entrar en este foro y en otros de estos temas.
Yo insto a los profesionales de la medicina, ¡¡de la ciencia!!, a que nos visiten aquí y en todos los foros de enfermos desesperados. Invite usted, señor Vera, a todos sus colegas a leernos, a ver el otro lado, la parte de fuera de su consulta, de su mesa y su bata tras las que circulamos como ganado. Entren todos aquí, por favor se lo pido, pero no para enzarzarse en discusiones absurdas, desde la prepotencia y el desprecio hacia los "incultos" en medicina. Les invito a que lean, a que entiendan el padecimiento de los enfermos, a que desoxiden sus mentes. A que dejen a un lado su orgullo y amplíen sus miras, a que empiecen a considerar que las personas no nos quejamos sin motivo, a que comprendan que su falta de aporte de soluciones está en el origen de la desesperación y no que la desesperación acaba causándonos estos síntomas. A que se reciclen, se actualicen y comprendan que el ser humano es un todo y no trocitos que se analizan, que no somos números ni máquinas ni ganado ni estadísticas sobre un papel, que somos personas. Personas con sus miedos, sus inquietudes, sus seres queridos que dependen de nosotros y que también sufren junto a nosotros.
Cuando los enfermos encontremos auténtico respaldo en
su ciencia y soluciones, dejaremos de buscar en otros sitios. Pero ¿sabe usted lo que más necesitamos? Que sean ustedes
personas, que demuestren humanidad. Porque nos acaban despojando de lo más importante que tiene un ser humano: su dignidad. Nos anulan y nos pisotean.
Su ciencia puso de moda, hace unos años, la relación entre el cerebro y el sistema inmunológico. Seguro que lo estoy explicando mal, yo no soy médico, pero también estoy segura de que usted entiende a qué me refiero. El bombazo del siglo. A ese carro sí que se apuntaron todos los médicos. Qué cómodo reciclarse cuando interesa. A partir de entonces cualquier padecimiento: nervios. Si te duele la cabeza, nervios. Si te duele el estómago, nervios. Si te duele un pie, nervios. ¡Ah! ¿Qué han tenido que ingresarle porque ha tenido una crisis epiléptica porque padecía un tumor cerebral? ¿Qué no eran nervios? Vaaaaaya por Dios. ¿Qué ha estado a punto de morirse por una insuficiencia respiratoria, que no eran nervios? Vaaaaaya. Afortunadamente, no todos los médicos son así. Los sensatos, los
humanos, inteligentes y no prepotentes te advierten de que primero hay que descartar cualquier patología antes de achacar un trastorno a los "nervios" y que, aún así, reconocen que a la medicina todavía le queda mucho por averiguar y que comprenden que esa ansiedad te la puede estar provocando la angustia de no hallar una solución. No te machacan ni te culpabilizan.
Pero ¿qué ocurre cuando un médico se desmarca de sus colegas? Cuando se recicla, cuando abre los ojos y admite que estaba equivocado, que los pacientes se quejan con motivo, que no es cierto que los problemas digestivos estén causados únicamente por la tensión nerviosa. Ocurre que sus colegas le atacan, le tachan de obsesivo y exagerado. Le quitan credibilidad y si pueden machacan sus diagnósticos y hacen cambiar de opinión a los enfermos que vuelven a caer en sus manos. Porque les revuelve en sus cómodos sillones, les amenaza con teorías innovadoras, con necesidades de nuevos diagnósticos, de nuevas pruebas, de horas de estudio y reciclado. De aceptar años de errores, de tener que hacer una cura de humildad, de tener que escuchar a esos
quejicas ansiosos que no entienden a la ciencia que ellos representan. ¿Quién es un médico de digestivo para osar inmiscuirse en otras especialidades, para osar afirmar que la alimentación influye en el cerebro, en las articulaciones, que provoca trastornos autoinmunes por todo el organismo...? ¿Cómo se le puede ocurrir mirar más allá de su
trocito?
En esas manos estamos, señor Vera. Así que reitero que siga por aquí. Pero que lea y no en este subforo. Lea los casos clínicos, empápese de ellos, lea las historias e invite a que las lean sus colegas. Abran sus mentes, que la facultad ya les queda lejísimos, hay por medio muchos años de avances médicos y de cambios alimenticios que nos están machacando. Que el mundo ha cambiado considerablemente desde que usted estudió, en todos los aspectos. Que la gente ya no se calla y se resigna. Que queremos saber y estamos capacitados para entender si se nos brinda la oportunidad. Que cada vez tenemos más nivel intelectual, más formación, más estudios y más capacidad para comprender. Que no somos brutos ignorantes a los que tratar como a niños de pecho.
Todo eso es lo que tienen que tener en cuenta, señores profesionales de la salud, representantes de la ciencia. No me cansaré de repetir que la medicina necesita una renovación, un cambio de enfoque que ayude a ver el organismo como un todo interconectado. Mientras no sea así, sólo estaremos parcheando y parcheando, atiborrándonos de lucrativos fármacos repletos de efectos secundarios. Y todo esto lo digo desde un profundo respeto hacia la ciencia, la medicina y todos esos profesionales de la salud con inquietudes y auténtica vocación, con ganas de entender y ayudar al enfermo, que afortunadamente existen.