#31
Publicado: Vie Dic 08, 2006 7:16 pm
Yo le guardo mucho cariño a esa facultad vieja, fueron años espléndidos los que pasé allí. Años de aprendizaje pues tenía 17 años cuando comencé y no sabía nada de la vida.
El primer año fracasé: la matemática que me encontré en la facultad nada tenía que ver con la que, hasta entonces, había estudiado. Suspendí todo. Ese verano dejé de comer. ¿Fracaso, la causa de mi anorexia nerviosa? Pues no lo sé.
Después, por inercia más que nada, continué y por una suerte de azares: un ministro de educación que decide empezar el curso en enero me proporcionó: exámenes de septiembre, exámenes de diciembre y exámenes de febrero. El curso continuó empezando en septiembre y yo pasé a segundo en febrero.
Y acabé la carrera, a golpes algunas veces porque la abstracción de algunas asignaturas era mucho para mí, pero la acabé.
Y pensaba trabajar en el campo de la informática. Ahora me alegro de que me aburriese tanto corrigiendo listados de ordenador porque el mundo de la informática no me gusta nada, nada, nada...
Creo que tengo ordenador y sé lo suficiente para manejarme porque mi pareja es un experto y me enseñó.
Pero mira cuál sería mi ignorancia en el tema que en un curso que hice, el primero, sobre nuevas tecnologías, me puse ante el ordenador, Rafa estaba a mi lado, aún no vivía conmigo pero había venido a verme desde Vigo, me puse ante el ordenador decía y seguí las instrucciones del profesor y agarré el ratón, y le daba a un botón, y le daba a otro botón, y nada, y Rafa que me ve me dice: pero muévelo, y yo agarré el ratón y como si fuese una maraca lo moví.
Esta anécdota la cuenta Rafa vaya donde vaya porque dice que es única.
Lo que me cuentas de la investigación es tremendo. Y yo que pensaba que no habría competitividad en ese mundo. ¡Odio la competitividad! Eso sí que provoca estrés y, además, es absurdo.
No, no entres en ese mundo porque eso sí que le sentaría mal a tu tripita y a tu persona.
¿Por qué esa necesidad de competir? ¿Es que es necesario competir para dar lo mejor de uno mismo?
A mí de niña, me agobiaban con la competición. Mi hermana, nueve años mayor, era competitiva y siempre traía matrículas. Yo, nada competitiva, estudiaba y sacaba buenas notas pero no matrícula en todo y mi madre jamás estaba satisfecha, jamás.
Pero parece que hay mucha gente a la que le gusta sentirse más que otros. ¡Triste!
Busca lo más tranquilo y, si puede ser por la tarde, mejor.
Son muchas las horas que se pasan trabajando y vale más estar a gusto que ganar y ganar dinero.
Probablemente yo me habría forrado. No había titulados en informática. Éramos los reyes. Pero intuyo que en ese trabajo también debe haber mucha competitividad y muchas envidias.
Así que busca ese hospital y, como muy bien dices, siempre puedes estudiar en paralelo.
Yo no he pensado en Letizia, pero sí he pensado en presidentes de algún estado porque constantemente están en tensión.
Tensiones internas y tensiones externas.
Leí hace mucho unas declaraciones del maitre del hotel Plaza de Madrid quejándose de lo mal que comían los políticos, poco y mal decía. Con mal se refería a que, en lugar de pedir un plato elaborado, se limitaban a pedir una tortillita o una ensalada.
Y ahora que lo pienso, ¿no tendrán muchos de ellos el sii y por eso comen tan poquito?
Y en la cortes debe haber unos buenos lavabos.
Letizia me parece como un poste, no le veo la vida por ningún lado. Es como una máscara. Además, yo creo que ni siquiera come. Pero si le entrase un ataque de gases ya la veo saliendo muy estiradita con el culo apretado y corriendo al baño.
Lo que yo me he imaginado hoy es una reunión de afectados del sii. Y me imaginaba a fulano soltando sus flatulencias y todos aplaudiendo. Porque ¿aplaudiríamos?
Ya me voy a continuar la lectura de María Zambrano que me está encantando. No la había leído hasta ahora y mira que leo filosofía pero por distintos azares la fui dejando, la fui dejando... Y ahora la leeré a fondo.
Un besito y ánimo que todo te saldrá bien, que te lo mereces.
El primer año fracasé: la matemática que me encontré en la facultad nada tenía que ver con la que, hasta entonces, había estudiado. Suspendí todo. Ese verano dejé de comer. ¿Fracaso, la causa de mi anorexia nerviosa? Pues no lo sé.
Después, por inercia más que nada, continué y por una suerte de azares: un ministro de educación que decide empezar el curso en enero me proporcionó: exámenes de septiembre, exámenes de diciembre y exámenes de febrero. El curso continuó empezando en septiembre y yo pasé a segundo en febrero.
Y acabé la carrera, a golpes algunas veces porque la abstracción de algunas asignaturas era mucho para mí, pero la acabé.
Y pensaba trabajar en el campo de la informática. Ahora me alegro de que me aburriese tanto corrigiendo listados de ordenador porque el mundo de la informática no me gusta nada, nada, nada...
Creo que tengo ordenador y sé lo suficiente para manejarme porque mi pareja es un experto y me enseñó.
Pero mira cuál sería mi ignorancia en el tema que en un curso que hice, el primero, sobre nuevas tecnologías, me puse ante el ordenador, Rafa estaba a mi lado, aún no vivía conmigo pero había venido a verme desde Vigo, me puse ante el ordenador decía y seguí las instrucciones del profesor y agarré el ratón, y le daba a un botón, y le daba a otro botón, y nada, y Rafa que me ve me dice: pero muévelo, y yo agarré el ratón y como si fuese una maraca lo moví.
Esta anécdota la cuenta Rafa vaya donde vaya porque dice que es única.
Lo que me cuentas de la investigación es tremendo. Y yo que pensaba que no habría competitividad en ese mundo. ¡Odio la competitividad! Eso sí que provoca estrés y, además, es absurdo.
No, no entres en ese mundo porque eso sí que le sentaría mal a tu tripita y a tu persona.
¿Por qué esa necesidad de competir? ¿Es que es necesario competir para dar lo mejor de uno mismo?
A mí de niña, me agobiaban con la competición. Mi hermana, nueve años mayor, era competitiva y siempre traía matrículas. Yo, nada competitiva, estudiaba y sacaba buenas notas pero no matrícula en todo y mi madre jamás estaba satisfecha, jamás.
Pero parece que hay mucha gente a la que le gusta sentirse más que otros. ¡Triste!
Busca lo más tranquilo y, si puede ser por la tarde, mejor.
Son muchas las horas que se pasan trabajando y vale más estar a gusto que ganar y ganar dinero.
Probablemente yo me habría forrado. No había titulados en informática. Éramos los reyes. Pero intuyo que en ese trabajo también debe haber mucha competitividad y muchas envidias.
Así que busca ese hospital y, como muy bien dices, siempre puedes estudiar en paralelo.
Yo no he pensado en Letizia, pero sí he pensado en presidentes de algún estado porque constantemente están en tensión.
Tensiones internas y tensiones externas.
Leí hace mucho unas declaraciones del maitre del hotel Plaza de Madrid quejándose de lo mal que comían los políticos, poco y mal decía. Con mal se refería a que, en lugar de pedir un plato elaborado, se limitaban a pedir una tortillita o una ensalada.
Y ahora que lo pienso, ¿no tendrán muchos de ellos el sii y por eso comen tan poquito?
Y en la cortes debe haber unos buenos lavabos.
Letizia me parece como un poste, no le veo la vida por ningún lado. Es como una máscara. Además, yo creo que ni siquiera come. Pero si le entrase un ataque de gases ya la veo saliendo muy estiradita con el culo apretado y corriendo al baño.
Lo que yo me he imaginado hoy es una reunión de afectados del sii. Y me imaginaba a fulano soltando sus flatulencias y todos aplaudiendo. Porque ¿aplaudiríamos?
Ya me voy a continuar la lectura de María Zambrano que me está encantando. No la había leído hasta ahora y mira que leo filosofía pero por distintos azares la fui dejando, la fui dejando... Y ahora la leeré a fondo.
Un besito y ánimo que todo te saldrá bien, que te lo mereces.