![Laughing :lol:](./images/smilies/icon_lol.gif)
Después de la carrera la verdad es que siempre he tenido suerte porque he trabajado en oficinas bastante bulliciosas y aunque SIEMPRE HE ESTADO PENDIENTE DE MIS TRIPAS (parecen mi segundo cerebro...), he estado bastante bien durante 4 años. Cuando estaba en la universidad lo normal era ir al baño entre tres y cuatro veces al día, y si un día iba "sólo" dos veces es que estaba estreñida... Y si un día no iba para nada, era al acabose, dolor de tripas, gases, horrible. Era (y soy aunque he aprendido a controlarme un poco) muy nerviosa, y no me engordaba ni a tiros, comía cantidades y cantidades de comida y no pasaba de 46 kilos. Después de la universidad me relajé, encontré novio, superé la fase inicial de: "tengo problemillas" intestinales todos los días... Y la verdad es que no pasó nada, de hecho a él también le suenan las tripas, tiene gases, diarreas de vez en cuando... Mucho menos que yo, pero en fin, TODOS SOMOS HUMANOS. Así que dejé de ir tanto al baño (entre una y dos veces al día desde entonces), y me engordé 4 kilitos...
Tras varios trabajos en muchos sitios, llegué hace dos meses a una empresa en la que me encontré con mi peor PESADILLA: 7 personas en una sala pequeña y absolutamente SILENCIOSA. Fue horrible, porque no me había pasado desde la universidad, siempre había trabajado rodeada de un montón de gente y con ruidos de faxes, fotocopiadoras, impresoras, gente hablando... Pero aquí no. Silencio total las 8 horas... Así que poco a poco mi fobia a mis propios ruidos intestinales y la vergüenza (que yo misma considero irracional...) que me provocan resurgieron igual que en la facultad, pero claro, en el curro no te puedes escaquear... Empecé a comer cada vez menos, siguiendo una dieta antiflatulenta... Pero llegó un momento que no pude más. La ansiedad me podía y tuve que ir al médico, que me recetó Orfidal por las noches. Tengo que decir que no me fue mal del todo, me redujo un poco la tensión visceral, pero no la depre... No paraba de llorar, tenía literalmente MIEDO A IR A TRABAJAR, y estuve a punto de dejar el trabajo, pero afortunadamente mi madre y mi novio me apoyaron mucho, porque no se puede abandonar así como así un buen curro. Además, yo era consciente de que si tiraba la toalla sería mucho peor después, me sentiría fatal, me avergonzaría de mi misma y no podría superar mi fobia jamás. Mi madre me decía y me dice: "No te tiene que dar ni miedo ni vergüenza que te hagan ruido las tripas, a todos nos pasa, sólo que a algunos un poco más que a los demás, pero es algo natural, y así es como hay que tomárselo". ¡Y tiene razón! Pero claro, cuesta mucho cambiar el chip después de un montón de años con este miedo (ha habido momentos en los que no podía ni entrar en un cine...). De hecho voy a empezar una terapia psicológica dentro de poco que yo creo que me vendrá bien.
En fin, hace 15 días volví al médico de cabecera y le pedí algo para la depresión, porque además me dio una crisis de ansiedad y tuve que ir a urgencias, no podía respirar y pensaba que me moría. Me recetó CYMBALTA. La primera semana tomándomelo no podía comer... Unas naúseas tremendas (no pude casi probar bocado en la cena de Navidad...) y un cansancio terrible, pero aguanté y después de 12 días o así empecé a encontrarme mejor. Y tengo que decir que ahora estoy bastante bien. Ya no lloro, tengo mucho menos miedo a mis tripas, que por cierto me suenan muchísimo menos... Pero eso es sobre todo por la dieta, los horarios regulares, comer despacio, etc. (también me tomo unas pastillas de HINOJO Y CIRUELA de GERBLÉ que algo supongo que ayudan), y me imagino que los antidepresivos relajan el intestino. De hecho ahora vuelvo a tener apetito (he perdido 6 kilos en un mes...), el buen humor, las ganas de salir, etc.
Con todo este rollo que os he echado quería deciros que hay que tirar para adelante, que NUESTRO INTESTINO NO VA A PODER CON NOSOTROS, que hay que hacer frente al problema, quitarle importancia a ciertos síntomas (otros como los dolores son otro tema...), tomarnos la vida con FILOSOFÍA, y no dejar de probar cosas y ver qué nos ayuda a sentirnos mejor. En mi caso desde luego LO QUE COMO ES PRIMORDIAL, y por supuesto los nervios también, por eso todas las noches hago un poco de relajación...
Y nada más de momento, ¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y ÁNIMO!!