A Barcelona
#17
Ya estoy en casa.
Regresé ayer de Barcelona y me encantó el recibimiento. Gracias. Me emocionó encender el ordenador y ver tantos mensajes de ánimo y de buenos deseos.
Cuando me jubilé muchas personas insistían en que me comprase un perro para que me hiciese compañía, decían que es muy agradable regresar a casa y que él te esté esperando.
Personalmente, prefiero el calor humano que me aguardaba ayer aunque sea a través de una máquina. De nuevo, gracias.
Ayer no escribí porque estaba cansada. El vuelo de regreso fue por Madrid y, como salió con retraso de Barcelona, tuve que correr para tomarlo. Al menos, no tuve que pisar Barajas.
En Barcelona todo bien: siempre se tiene más miedo a las situaciones antes de que tengan lugar. Es algo que aún no he aprendido y que debo aprender.
El doctor Mearin es encantador. Ya lo intuí a través de los correos que intercambiamos pero, personalmente, aún lo es más.
Por primera vez desde que comenzó esta situación me sentía comprendida por un médico.
La primera visita fue muy general, sólo consistió en hacer un historial y ver la prueba del tránsito colónico que llevaba hecha de Asturias. Fue muy curioso el resultado: en la primera radiografía mi colon no había podido arrastrar cincuenta marcadores que se alojaban en la parte izquierda sin embargo, en la segunda, los arrastró todos. Conclusión: no tengo inercia colónica. Sólo que el colon no siempre trabaja con las mismas ganas.
Allí me hicieron otras dos pruebas: la manometría ano-rectal y la defecografía.
Para ambas, necesité preparación: no comer fruta ni verdura y ponerme dos enemas casen de 250ml, uno la noche anterior a la prueba y otro la misma mañana.
No sé si os habéis puesto un enema casen solos algunas vez. ¡La que organicé! No sé cuánta cantidad entró dentro de mi cuerpo pero creo que menos que la que derramé fuera. Y eso que lo intenté una y otra vez hasta dejar el ano dolorido.
Aun así, pude hacerme las dos pruebas.
La manometría ano-rectal es una prueba más en la que tu culo queda al aire y juegan con él a meterle sondas y globitos. Una sensación difícil de explicar la de sentir ganas de defecar y no poder hacerlo. También haces ejercicios como apretar para que no salga nada, toser,...
Pero la prueba estrella fue la defecografía, después de haber pasado por esta prueba creo que he perdido todo el pudor si es que tenía alguno.
Me citaron a las dos de la tarde y me dieron una suculenta comida: una papilla rosa (la famosa papilla de bario). Tuve que esperar una hora hasta digerirla en el intestino delgado. Después me bajaron a rayos y me pusieron el modelito de la bata con la abertura detrás. Me tumbaron de lado con una pierna doblada y otra estirada y me pusieron una sonda por la que introdujeron un enema de agua. A continuación pusieron en marcha la maquinaria y quedé sentada con los pies sobre un cajón de madera. Frente a mí estaba el médico manejando un ordenador y, en el cuarto de al lado, se los veía a través del cristal, estaban los que manejaban las máquinas de rayos. Cuando todo estuvo preparado el doctor me dijo que apretase para defecar con toda el alma y así lo hice, tanto que el ordenador no grabó, no tuvo tiempo. Me volvieron a poner otro enema y repetimos la operación. Esta vez salió bien. Jamás había defecado en público y mucho menos que me grabasen.
¡Toda una experiencia! El médico me felicitó, lo hice muy bien dijo. Apenas si me quedó dentro papilla.
Lo peor de todo fue la entrevista con la psicóloga. En teoría debería haber durado dos horas y duró tres. ¡Amorticé bien el dinero! No llegamos a las manos pero me violenté con ella porque me sentí atacada. Yo, que soy escéptica en cuanto a considerar esta enfermedad como una enfermedad funcional, me encontré con una mujer que pretendía buscar las causas de ella y de mi anorexia nerviosa en mi pasado, causas que llevan años intentando descubrir los psiquiatras sin ningún éxito. También traté de que me definiera lo que era el estrés pues tuve que rellenar unos tests y en una de las preguntas tenía que responder qué grado de estrés me originó la muerte de un amigo. Francamente, a mí la muerte de mi amigo me originó dolor, tristeza, angustia por su ausencia... Pero, ¿qué es el estrés?
También atacó mi forma de vida, mi soledad, mi aislamiento, diciéndome que, como tenía tanto tiempo para pensar eso no favorecía a mi intestino. Como si yo me pasara el día pensando en mi intestino. Como si estar en casa muchas horas significase que estoy dándole vueltas y vueltas a las cosas. Yo tengo aficiones y son aficiones caseras y me gusta estar en mi casa y si me he alejado de la vida social ha sido porque mi camino me ha llevado a ello. Más que una elección a priori, es una elección a posteriori, después de comprobar que no me beneficiaba la vida social.
Bueno, dejo el tema de la psicóloga porque no quiero herir sensibilidades y seguramente algunos de vosotros confiáis en los psicólogos. Yo no.
Sólo añadir que la curva que salió de mis tests subía y bajaba, subía y bajaba. Cuando la normal sólo presentaba una pequeña oscilación (como la curva de la función seno, ¿la recordáis?). Mis test denotaban sufrimiento, tristeza, vacío...
Bien, vayamos al grano: El diagnóstico y el tratamiento.
El diagnóstico: estoy bastante bien; no tengo inercia de colon aun si mi colon no trabaja siempre con el mismo ánimo; y todas mis funciones ano-rectales son espléndidas: buena relajación, buena disposición para la salida de la deposición...
Y, por lo tanto, no es precisa ninguna cirugía recto-anal.
El tratamiento: cidine en el desayuno y la comida; plantaben por la noche; y el antibiótico spiraxin en desayuno y cena los primeros seis días del mes. Es el antibiótico que ataca las malas bacterias de la flora intestinal.
Yo había estado tomando cidine durante dos meses y lo dejé porque me producía diarreas pero me iba muy bien. No tenía gases ni hinchazón e iba al baño todos los días.
El doctor Mearin me ha dicho que, cuando un medicamento va bien, no debe abandonarse, en todo caso si el efecto es mayor del deseado: las diarreas, hay que bajar la dosis. Me lo ha recetado en comprimidos. Únicamente si debo bajar la dosis a menos de uno, lo tomaría en sobres para dividir mejor la dosis.
Si este tratamiento en un futuro no me fuera bien me ha puesto un tratamiento 2 en el que incluye el tegaserod que guardo como oro en paño desde que lo conseguí. Pero, de momento, dice que continúe con cidine que está convencido de que me ha hecho mucho bien, de que es el responsable de que esa inercia de colon que tuve ahora no la tenga.
También me dijo que, en mi caso, está muy relacionado el sii con la anorexia nerviosa y con la depresión. Ambas enfermedades o trastornos hacen que la motilidad del intestino quede alterada. Y que hay estudios en los que, después de una "curación" de la anorexia, la motilidad se recupera. Lo que quiere decir que si continúo como hasta ahora, comiendo y, además, comiendo sano: frutas, verduras, pescados, lacteos, pan..., mi intestino funcionará cada día mejor. Que es una cuestión de paciencia. Y, por supuesto, si mi ánimo está alto y la depresión mejora, también ayudará.
Esto no quiere decir que me vaya a curar, quiere decir que mi calidad de vida mejorará notablemente si continúo haciéndolo como hasta ahora. Me dijo que lo estaba haciendo muy bien.
Le hablé al doctor Mearin de mi conversación con la psicóloga y él sólo me comentó dos cosas: que necesitaba ayuda psiquiátrica para mi depresión pero que, como sabía que la tenía, no le preocupaba, y que el hecho de estar sola y aislada no debería afectarme negativamente; ésto tampoco le preocupaba porque me consideraba lo suficientemente inteligente como para estar seguro de que no me perjudicaría a mí misma.
Me abrió las puertas de su correo: cualquier duda, cualquier problema, cualquier consulta...
Insistió mucho en que el tratamiento lo continuase aunque no notara mejoría al principio. Dice que es muy importante la constancia, que no se debe abandonar un tratamiento porque en la primera semana no se observen resultados positivos.
Incluso me dijo que podía estar toda la vida con el tratamiento que me ha puesto si eso mejoraba mi calidad de vida.
Después me dio dos besos y nos despedimos. ¡Es un encanto!
Y tuve tiempo para visitar Barcelona. Ya la conocía pero cada vez me parece más bonita. Comparada con Madrid es como estar en otro universo.
Paseé la mañana del día 20 durante dos horas por la Diagonal y por el Paseo de Gracia. ¡Qué limpieza y qué gusto!
También hice unas cuantas compritas. Algún gusto me tenía que dar.
El día de la defecografía, aunque pretendían que me fuese al hotel para tomar un laxante de caballo y expulsar el resto de la papilla, me fui hasta el puerto y paseé por las ramblas. Creo que hice bien, no me iba a quedar en el cuarto de baño del hotel pudiendo pasear por la ciudad aunque fuese a oscuras.
Bueno, creo que os he contado todo. Estoy contenta de haber ido pues ahora tengo seguridad en lo que hago. Seguiré el tratamiento a rajatabla y continuaré el proceso dietético para que, aun despacio, el intestino se acostumbre a la ingesta normal de comida que le he negado durante muchos años.
Sé que es muy caro y que no todos os lo podéis permitir pero, permitidme un consejo, si hay que gastar dinero yo optaría por visitar a este médico antes de la opción de la cecopexia. Es una opinión nada más.
Bea: me encantó tu felicitación y tu filosofía de la vida.
No he recibido ni la de Mónikka ni la de Xila, pero ya llegarán.
Xila: pasaré unas buenas fiestas, gracias por tus deseos. Estaré con mi pareja, haremos la vida que hacemos los demás días, pero estaré bien y espero que tú las disfrutes como te gusta disfrutarlas.
A todos os deseo lo mejor porque sois unas personas estupendas y me siento muy bien entre vosotros.
Un beso muy grande para todos y para todas. (El hecho de que diga todos es que sigo las normas de la academia y el término todos engloba el masculino y el femenino, pero aquí he hecho una excepción por si alguna se sentía discriminada.)
En cuanto a la estancia en Barcelona: todo bien; no tuve gases; pude comer sin problemas; no se me hinchó la barriga; no necesité encender cerillas;
Claro que con tanto enema y esa defecación pública...
Si me acuerdo de algo más os lo escribiré y si me queréis hacer alguna pregunta: estoy a vuestra disposición.
Mil besos.
Regresé ayer de Barcelona y me encantó el recibimiento. Gracias. Me emocionó encender el ordenador y ver tantos mensajes de ánimo y de buenos deseos.
Cuando me jubilé muchas personas insistían en que me comprase un perro para que me hiciese compañía, decían que es muy agradable regresar a casa y que él te esté esperando.
Personalmente, prefiero el calor humano que me aguardaba ayer aunque sea a través de una máquina. De nuevo, gracias.
Ayer no escribí porque estaba cansada. El vuelo de regreso fue por Madrid y, como salió con retraso de Barcelona, tuve que correr para tomarlo. Al menos, no tuve que pisar Barajas.
En Barcelona todo bien: siempre se tiene más miedo a las situaciones antes de que tengan lugar. Es algo que aún no he aprendido y que debo aprender.
El doctor Mearin es encantador. Ya lo intuí a través de los correos que intercambiamos pero, personalmente, aún lo es más.
Por primera vez desde que comenzó esta situación me sentía comprendida por un médico.
La primera visita fue muy general, sólo consistió en hacer un historial y ver la prueba del tránsito colónico que llevaba hecha de Asturias. Fue muy curioso el resultado: en la primera radiografía mi colon no había podido arrastrar cincuenta marcadores que se alojaban en la parte izquierda sin embargo, en la segunda, los arrastró todos. Conclusión: no tengo inercia colónica. Sólo que el colon no siempre trabaja con las mismas ganas.
Allí me hicieron otras dos pruebas: la manometría ano-rectal y la defecografía.
Para ambas, necesité preparación: no comer fruta ni verdura y ponerme dos enemas casen de 250ml, uno la noche anterior a la prueba y otro la misma mañana.
No sé si os habéis puesto un enema casen solos algunas vez. ¡La que organicé! No sé cuánta cantidad entró dentro de mi cuerpo pero creo que menos que la que derramé fuera. Y eso que lo intenté una y otra vez hasta dejar el ano dolorido.
Aun así, pude hacerme las dos pruebas.
La manometría ano-rectal es una prueba más en la que tu culo queda al aire y juegan con él a meterle sondas y globitos. Una sensación difícil de explicar la de sentir ganas de defecar y no poder hacerlo. También haces ejercicios como apretar para que no salga nada, toser,...
Pero la prueba estrella fue la defecografía, después de haber pasado por esta prueba creo que he perdido todo el pudor si es que tenía alguno.
Me citaron a las dos de la tarde y me dieron una suculenta comida: una papilla rosa (la famosa papilla de bario). Tuve que esperar una hora hasta digerirla en el intestino delgado. Después me bajaron a rayos y me pusieron el modelito de la bata con la abertura detrás. Me tumbaron de lado con una pierna doblada y otra estirada y me pusieron una sonda por la que introdujeron un enema de agua. A continuación pusieron en marcha la maquinaria y quedé sentada con los pies sobre un cajón de madera. Frente a mí estaba el médico manejando un ordenador y, en el cuarto de al lado, se los veía a través del cristal, estaban los que manejaban las máquinas de rayos. Cuando todo estuvo preparado el doctor me dijo que apretase para defecar con toda el alma y así lo hice, tanto que el ordenador no grabó, no tuvo tiempo. Me volvieron a poner otro enema y repetimos la operación. Esta vez salió bien. Jamás había defecado en público y mucho menos que me grabasen.
¡Toda una experiencia! El médico me felicitó, lo hice muy bien dijo. Apenas si me quedó dentro papilla.
Lo peor de todo fue la entrevista con la psicóloga. En teoría debería haber durado dos horas y duró tres. ¡Amorticé bien el dinero! No llegamos a las manos pero me violenté con ella porque me sentí atacada. Yo, que soy escéptica en cuanto a considerar esta enfermedad como una enfermedad funcional, me encontré con una mujer que pretendía buscar las causas de ella y de mi anorexia nerviosa en mi pasado, causas que llevan años intentando descubrir los psiquiatras sin ningún éxito. También traté de que me definiera lo que era el estrés pues tuve que rellenar unos tests y en una de las preguntas tenía que responder qué grado de estrés me originó la muerte de un amigo. Francamente, a mí la muerte de mi amigo me originó dolor, tristeza, angustia por su ausencia... Pero, ¿qué es el estrés?
También atacó mi forma de vida, mi soledad, mi aislamiento, diciéndome que, como tenía tanto tiempo para pensar eso no favorecía a mi intestino. Como si yo me pasara el día pensando en mi intestino. Como si estar en casa muchas horas significase que estoy dándole vueltas y vueltas a las cosas. Yo tengo aficiones y son aficiones caseras y me gusta estar en mi casa y si me he alejado de la vida social ha sido porque mi camino me ha llevado a ello. Más que una elección a priori, es una elección a posteriori, después de comprobar que no me beneficiaba la vida social.
Bueno, dejo el tema de la psicóloga porque no quiero herir sensibilidades y seguramente algunos de vosotros confiáis en los psicólogos. Yo no.
Sólo añadir que la curva que salió de mis tests subía y bajaba, subía y bajaba. Cuando la normal sólo presentaba una pequeña oscilación (como la curva de la función seno, ¿la recordáis?). Mis test denotaban sufrimiento, tristeza, vacío...
Bien, vayamos al grano: El diagnóstico y el tratamiento.
El diagnóstico: estoy bastante bien; no tengo inercia de colon aun si mi colon no trabaja siempre con el mismo ánimo; y todas mis funciones ano-rectales son espléndidas: buena relajación, buena disposición para la salida de la deposición...
Y, por lo tanto, no es precisa ninguna cirugía recto-anal.
El tratamiento: cidine en el desayuno y la comida; plantaben por la noche; y el antibiótico spiraxin en desayuno y cena los primeros seis días del mes. Es el antibiótico que ataca las malas bacterias de la flora intestinal.
Yo había estado tomando cidine durante dos meses y lo dejé porque me producía diarreas pero me iba muy bien. No tenía gases ni hinchazón e iba al baño todos los días.
El doctor Mearin me ha dicho que, cuando un medicamento va bien, no debe abandonarse, en todo caso si el efecto es mayor del deseado: las diarreas, hay que bajar la dosis. Me lo ha recetado en comprimidos. Únicamente si debo bajar la dosis a menos de uno, lo tomaría en sobres para dividir mejor la dosis.
Si este tratamiento en un futuro no me fuera bien me ha puesto un tratamiento 2 en el que incluye el tegaserod que guardo como oro en paño desde que lo conseguí. Pero, de momento, dice que continúe con cidine que está convencido de que me ha hecho mucho bien, de que es el responsable de que esa inercia de colon que tuve ahora no la tenga.
También me dijo que, en mi caso, está muy relacionado el sii con la anorexia nerviosa y con la depresión. Ambas enfermedades o trastornos hacen que la motilidad del intestino quede alterada. Y que hay estudios en los que, después de una "curación" de la anorexia, la motilidad se recupera. Lo que quiere decir que si continúo como hasta ahora, comiendo y, además, comiendo sano: frutas, verduras, pescados, lacteos, pan..., mi intestino funcionará cada día mejor. Que es una cuestión de paciencia. Y, por supuesto, si mi ánimo está alto y la depresión mejora, también ayudará.
Esto no quiere decir que me vaya a curar, quiere decir que mi calidad de vida mejorará notablemente si continúo haciéndolo como hasta ahora. Me dijo que lo estaba haciendo muy bien.
Le hablé al doctor Mearin de mi conversación con la psicóloga y él sólo me comentó dos cosas: que necesitaba ayuda psiquiátrica para mi depresión pero que, como sabía que la tenía, no le preocupaba, y que el hecho de estar sola y aislada no debería afectarme negativamente; ésto tampoco le preocupaba porque me consideraba lo suficientemente inteligente como para estar seguro de que no me perjudicaría a mí misma.
Me abrió las puertas de su correo: cualquier duda, cualquier problema, cualquier consulta...
Insistió mucho en que el tratamiento lo continuase aunque no notara mejoría al principio. Dice que es muy importante la constancia, que no se debe abandonar un tratamiento porque en la primera semana no se observen resultados positivos.
Incluso me dijo que podía estar toda la vida con el tratamiento que me ha puesto si eso mejoraba mi calidad de vida.
Después me dio dos besos y nos despedimos. ¡Es un encanto!
Y tuve tiempo para visitar Barcelona. Ya la conocía pero cada vez me parece más bonita. Comparada con Madrid es como estar en otro universo.
Paseé la mañana del día 20 durante dos horas por la Diagonal y por el Paseo de Gracia. ¡Qué limpieza y qué gusto!
También hice unas cuantas compritas. Algún gusto me tenía que dar.
El día de la defecografía, aunque pretendían que me fuese al hotel para tomar un laxante de caballo y expulsar el resto de la papilla, me fui hasta el puerto y paseé por las ramblas. Creo que hice bien, no me iba a quedar en el cuarto de baño del hotel pudiendo pasear por la ciudad aunque fuese a oscuras.
Bueno, creo que os he contado todo. Estoy contenta de haber ido pues ahora tengo seguridad en lo que hago. Seguiré el tratamiento a rajatabla y continuaré el proceso dietético para que, aun despacio, el intestino se acostumbre a la ingesta normal de comida que le he negado durante muchos años.
Sé que es muy caro y que no todos os lo podéis permitir pero, permitidme un consejo, si hay que gastar dinero yo optaría por visitar a este médico antes de la opción de la cecopexia. Es una opinión nada más.
Bea: me encantó tu felicitación y tu filosofía de la vida.
No he recibido ni la de Mónikka ni la de Xila, pero ya llegarán.
Xila: pasaré unas buenas fiestas, gracias por tus deseos. Estaré con mi pareja, haremos la vida que hacemos los demás días, pero estaré bien y espero que tú las disfrutes como te gusta disfrutarlas.
A todos os deseo lo mejor porque sois unas personas estupendas y me siento muy bien entre vosotros.
Un beso muy grande para todos y para todas. (El hecho de que diga todos es que sigo las normas de la academia y el término todos engloba el masculino y el femenino, pero aquí he hecho una excepción por si alguna se sentía discriminada.)
En cuanto a la estancia en Barcelona: todo bien; no tuve gases; pude comer sin problemas; no se me hinchó la barriga; no necesité encender cerillas;
Claro que con tanto enema y esa defecación pública...
Si me acuerdo de algo más os lo escribiré y si me queréis hacer alguna pregunta: estoy a vuestra disposición.
Mil besos.
- sorgintxu23
- Usuario Veterano
- Mensajes: 518
- Registrado: Jue Nov 30, 2006 2:49 pm
#18
Hola Isabel!!
Me alegro de que estés motivada y que la visita a Barcelona te haya servido de ayuda, por lo menos el esfuerzo y tanta prueba ha valido la pena, me alegro mucho.
Respecto al tema de la psicóloga cómo enfocó la conversación a mi no me gusta, pero eso no quiere decir que todos los psicólogos sean iguales. Tú no confías en ellos, me parece bien y respeto tu opinión, pero no se puede generalizar, igual que no podemos decir que todos los médicos son unos ineptos porque tú ahora acabas de conocer a uno que te ha comprendido y te ha hecho sentir que esto es real y que aunque no haya una cura sí que hay un tratamiento posible para mejorar nuestra calidad de vida.
Sólo es mi humilde opinión e?
un abrazo muy fuerte y ojalá estas navidades sean muy especiales después de este chute de energía que has traído de barcelona
Me alegro de que estés motivada y que la visita a Barcelona te haya servido de ayuda, por lo menos el esfuerzo y tanta prueba ha valido la pena, me alegro mucho.
Respecto al tema de la psicóloga cómo enfocó la conversación a mi no me gusta, pero eso no quiere decir que todos los psicólogos sean iguales. Tú no confías en ellos, me parece bien y respeto tu opinión, pero no se puede generalizar, igual que no podemos decir que todos los médicos son unos ineptos porque tú ahora acabas de conocer a uno que te ha comprendido y te ha hecho sentir que esto es real y que aunque no haya una cura sí que hay un tratamiento posible para mejorar nuestra calidad de vida.
Sólo es mi humilde opinión e?
un abrazo muy fuerte y ojalá estas navidades sean muy especiales después de este chute de energía que has traído de barcelona
- Bea
- Usuario Veterano
- Mensajes: 1527
- Registrado: Lun Ene 30, 2006 1:01 pm
- Ubicación: Valladolid (Pucela Capital)
#19
Hola Isabel, me alegro de que ya estes de vuelta porque egoistamente se te echa mucho de menos en el foro.. , pero me alegro de que la visita haya sido para bien y que las cosas se hayan solucionado algo, y sobretodo de que te hayas quedado satisfecha, ya sabes que de la psicologa tú y yo podriamos hablar mucho porque yo tampoco creo en ello, asi que pasatelo todo por el arco del triunfo y punto, por lo menos le dijiste lo que pensabas y te quedastes a gusto, jejejeje.
#21
Bienvenida de nuevo Isabel.
Madre mía tú ya tienes que haber perdido todo tipo de pudor y vergüenza, tener que hacerlo en público!!!!! . Y yo que no me atrevo a hacerlo sólo por el hecho de que la puerta del baño no llegue hasta abajo, o porque haya alguien esperando o por otras mil cosas más.
Quería decirte que yo antes tampoco tenía fé en los psicólogos hasta que he encontrado a la que me lleva ahora. Supongo que con esto pasará como con todo, que los habrá buenos y malos y si encima tienes un problema complejo pues qué más quieres. A mí lo que me saca de mis casillas y supongo que a ti te pasará igual es que por ejemplo en tu caso te digan directamente que tu forma de vida te perjudica y punto pelota, como lo dice ella tiene que ser así. Pues no, un buen profesional debería tener en cuenta todas las posibilidades y más teniendo en cuenta que no somos precisamente los seres más simples del mundo. No sé si me explicado bien. lo suyo es que investigue a ver qué es lo que a ti te viene bien y qué es lo que te perjudica pero sin hacer juicios previos porque si parte ya de una idea fija no hay nada que hacer, de ahí ya no la sacas.
Creo que a los que tenemos problemas de este tipo nos viene bien un tratamiento psicológico porque aunque sabemos que lo que nos pasa no se debe a nuestro estado emocional sí es verdad que tener mal el "coco" no nos ayuda nada. Yo fui por primera vez a una psicóloga con 14 ó 15 años y no he vuelto hasta ahora con 27 y es porque primero, me mandaron allí porque creían que me inventaba las cosas, que no estaba enferma realmente y segundo, porque la tia era mala a conciencia y perdí totalmente la fé en los psicólogos. Si hubiese sido una buena profesional se habría dado cuenta primero de que yo no me inventaba nada y segundo de que estaba empezando a dejar que mi vida girara en torno a mi enfermedad, lo cual con los años ha ido a más y más y me encuentro como me encuentro, que parece que en mi vida sólo existe mi tripa. Me he perdido tantas cosas... Pero bueno es lo que nos ha tocado vivir y hay que apechugar con ello. Lo importante es que seamos conscientes de nuestro problema y que luchemos por mucho que nos cueste.
Un beso y ojala te vaya muy bien el nuevo tratamiento, ya nos irás contando
Madre mía tú ya tienes que haber perdido todo tipo de pudor y vergüenza, tener que hacerlo en público!!!!! . Y yo que no me atrevo a hacerlo sólo por el hecho de que la puerta del baño no llegue hasta abajo, o porque haya alguien esperando o por otras mil cosas más.
Quería decirte que yo antes tampoco tenía fé en los psicólogos hasta que he encontrado a la que me lleva ahora. Supongo que con esto pasará como con todo, que los habrá buenos y malos y si encima tienes un problema complejo pues qué más quieres. A mí lo que me saca de mis casillas y supongo que a ti te pasará igual es que por ejemplo en tu caso te digan directamente que tu forma de vida te perjudica y punto pelota, como lo dice ella tiene que ser así. Pues no, un buen profesional debería tener en cuenta todas las posibilidades y más teniendo en cuenta que no somos precisamente los seres más simples del mundo. No sé si me explicado bien. lo suyo es que investigue a ver qué es lo que a ti te viene bien y qué es lo que te perjudica pero sin hacer juicios previos porque si parte ya de una idea fija no hay nada que hacer, de ahí ya no la sacas.
Creo que a los que tenemos problemas de este tipo nos viene bien un tratamiento psicológico porque aunque sabemos que lo que nos pasa no se debe a nuestro estado emocional sí es verdad que tener mal el "coco" no nos ayuda nada. Yo fui por primera vez a una psicóloga con 14 ó 15 años y no he vuelto hasta ahora con 27 y es porque primero, me mandaron allí porque creían que me inventaba las cosas, que no estaba enferma realmente y segundo, porque la tia era mala a conciencia y perdí totalmente la fé en los psicólogos. Si hubiese sido una buena profesional se habría dado cuenta primero de que yo no me inventaba nada y segundo de que estaba empezando a dejar que mi vida girara en torno a mi enfermedad, lo cual con los años ha ido a más y más y me encuentro como me encuentro, que parece que en mi vida sólo existe mi tripa. Me he perdido tantas cosas... Pero bueno es lo que nos ha tocado vivir y hay que apechugar con ello. Lo importante es que seamos conscientes de nuestro problema y que luchemos por mucho que nos cueste.
Un beso y ojala te vaya muy bien el nuevo tratamiento, ya nos irás contando
#22
Me alegro que todo te haya ido bien en tu viaje y que estes contenta con todo lo que has hablado con el doctor, a ver si hay suerte y mejoras con el tratamiento. Yo sinceramente no creo en antibioticos para lo nuestro pero hay que probar de todo hasta que algo te funcione.
Yo prefiero la opcion de la cecopexia, pero para gustos los colores!!!:D
Venga un saludo desd Cadiz y ojala todo te vaya bien.
Yo prefiero la opcion de la cecopexia, pero para gustos los colores!!!:D
Venga un saludo desd Cadiz y ojala todo te vaya bien.
#23
hola Isabel!!
Con unos cuantos dias de retraso, acabo de leer tu experiencia en Barcelona. Ya nos contaras a medida que pase el tiempo que tal te sienta el nuevo tratamiento. Me alegro de que aunque la experiencia con la psicologa no resultara, la visita con el dr mearin te haya funcionado.
Ya nos iras contando.
Besos
Con unos cuantos dias de retraso, acabo de leer tu experiencia en Barcelona. Ya nos contaras a medida que pase el tiempo que tal te sienta el nuevo tratamiento. Me alegro de que aunque la experiencia con la psicologa no resultara, la visita con el dr mearin te haya funcionado.
Ya nos iras contando.
Besos
#24
No quiero herir sensibilidades, ya lo dije antes, pero no se puede conocer, o intentar conocer, el cerebro humano si no eres médico. Y los psicólogos no lo son.
Demasiado complejo es el cerebro, tanto que los psiquiatras se encuentran prácticamente en pañales: se ignoran las causas de prácticamente todas las enfermedades mentales con la excepción de las genéticas, como para que personas que ignoran el funcionamiento de ese cerebro se atrevan a buscarle a todo una causalidad ordenada. ¡Es absurdo!
Si todo es caos, absolutamente todo, si las causas de una enfermedad pueden ser mil causas y no una, si no tiene porque haber una causa inicial, un trauma inicial de esos que les encantan a los americanos.
Soy escéptica en cuanto a considerar esta enfermedad "funcional". Y no soporto la palabra estrés. ¿Por qué no se habla de tensión nerviosa o de ansiedad?
Me decía esta psiquiatra que todas las personas que habían pasado por su despacho por el mismo motivo que yo teníamos el mismo "perfil" (otra palabra que odio); ¡falso! Aunque todas las personas coincidiéramos en ser perfeccionistas, considero que no es lo mismo ser perfeccionista en una tarea determinada que serlo limpiando el baño o los cristales.
Los psicólogos manejan test que, generalmente, no reflejan la realidad. En uno de ellos se me presentaba como introvertida, ¿introvertida yo? Yo puedo contarle mi vida a cualquiera. No soy introvertida pero, como vivo aislada y no me gusta mucho la vida social, soy introvertida.
Quiero decir con esto que hay mucho tópico y a mí no me gustan los tópicos.
Pero, como no quiero herir sensibilidades, si os va bien con vuestro psicólogo o con vuestra psicóloga, adelante.
De momento, no voy a hacer ninguna psicoterapia porque ya me saturé. Voy a mi psiquiatra una vez al mes y, de momento, es suficiente.
Lo que no dejo de hacer es un trabajo de introsprección conmigo misma en el que procuro descubrir todo aquello que me hace daño de algún modo y tratar de evitarlo lo más posible. Así luché contra la bulimia nerviosa, así lucho contra la depresión y así lucharé contra el sii.
No debe gustarle mi estrategia a la psicóloga de Barcelona porque "la evitación" no le parecía un buen método porque no permitía enfrentarse. Pero, ¿y si yo no quiero enfrentarme a nada que me desequilibre aún más?
Continuaré evitando las almendras porque puedo comer y comer y volver a la bulimia, y continuaré evitando a mi familia porque de alguna manera me hacen daño, y continuaré evitando a las personas porque no me siento bien entre ellas, y continuaré evitando todo lo que pueda hacerme la vida más difícil aún de lo que ya es de por sí.
Dalia: ¿ya estás en Madrid?; ¿qué tal la presentación?
Ned: ya sé tu postura y lo comprendo pero sería muy triste que te operases y después no consiguieras lo tan deseado y esperado, sólo quería decirte eso.
Bea: gracias. Creo que me comprendes muy bien.
Sorgitxu: yo no digo que un psicólogo sea un inepto pero sí afirmo que, en general, son demasiado pretenciosos. Y es que la ignorancia es muy osada.
Por cierto, a Barcelona ya fui con energía, de no haberla tenido no podría haber ido. Iba con energía y con ánimo a buscar un poco de seguridad en lo que estaba haciendo, a buscar la seguridad que te da un profesional. Y la encontré.
Y lo más especial de esta navidad, además de las postales, es que espero no pasarme el día 25 tumbada en el sofá con un dolor impresionante de barriga sino ante el ordenador escribiendo de esto y de lo otro.
Ana: tranquila que eres muy joven y puede que, lo que crees has perdido, lo encuentres cualquier día. Te comprendo muy bien. Cuando me obsesiono, todo gira alrededor de mi tripa. Pero pasará, ya verás como pasa y, aun si no te olvidas por completo de ella, si la dejarás a un lado para dedicarte a otras cosas.
Besos para todos.
Demasiado complejo es el cerebro, tanto que los psiquiatras se encuentran prácticamente en pañales: se ignoran las causas de prácticamente todas las enfermedades mentales con la excepción de las genéticas, como para que personas que ignoran el funcionamiento de ese cerebro se atrevan a buscarle a todo una causalidad ordenada. ¡Es absurdo!
Si todo es caos, absolutamente todo, si las causas de una enfermedad pueden ser mil causas y no una, si no tiene porque haber una causa inicial, un trauma inicial de esos que les encantan a los americanos.
Soy escéptica en cuanto a considerar esta enfermedad "funcional". Y no soporto la palabra estrés. ¿Por qué no se habla de tensión nerviosa o de ansiedad?
Me decía esta psiquiatra que todas las personas que habían pasado por su despacho por el mismo motivo que yo teníamos el mismo "perfil" (otra palabra que odio); ¡falso! Aunque todas las personas coincidiéramos en ser perfeccionistas, considero que no es lo mismo ser perfeccionista en una tarea determinada que serlo limpiando el baño o los cristales.
Los psicólogos manejan test que, generalmente, no reflejan la realidad. En uno de ellos se me presentaba como introvertida, ¿introvertida yo? Yo puedo contarle mi vida a cualquiera. No soy introvertida pero, como vivo aislada y no me gusta mucho la vida social, soy introvertida.
Quiero decir con esto que hay mucho tópico y a mí no me gustan los tópicos.
Pero, como no quiero herir sensibilidades, si os va bien con vuestro psicólogo o con vuestra psicóloga, adelante.
De momento, no voy a hacer ninguna psicoterapia porque ya me saturé. Voy a mi psiquiatra una vez al mes y, de momento, es suficiente.
Lo que no dejo de hacer es un trabajo de introsprección conmigo misma en el que procuro descubrir todo aquello que me hace daño de algún modo y tratar de evitarlo lo más posible. Así luché contra la bulimia nerviosa, así lucho contra la depresión y así lucharé contra el sii.
No debe gustarle mi estrategia a la psicóloga de Barcelona porque "la evitación" no le parecía un buen método porque no permitía enfrentarse. Pero, ¿y si yo no quiero enfrentarme a nada que me desequilibre aún más?
Continuaré evitando las almendras porque puedo comer y comer y volver a la bulimia, y continuaré evitando a mi familia porque de alguna manera me hacen daño, y continuaré evitando a las personas porque no me siento bien entre ellas, y continuaré evitando todo lo que pueda hacerme la vida más difícil aún de lo que ya es de por sí.
Dalia: ¿ya estás en Madrid?; ¿qué tal la presentación?
Ned: ya sé tu postura y lo comprendo pero sería muy triste que te operases y después no consiguieras lo tan deseado y esperado, sólo quería decirte eso.
Bea: gracias. Creo que me comprendes muy bien.
Sorgitxu: yo no digo que un psicólogo sea un inepto pero sí afirmo que, en general, son demasiado pretenciosos. Y es que la ignorancia es muy osada.
Por cierto, a Barcelona ya fui con energía, de no haberla tenido no podría haber ido. Iba con energía y con ánimo a buscar un poco de seguridad en lo que estaba haciendo, a buscar la seguridad que te da un profesional. Y la encontré.
Y lo más especial de esta navidad, además de las postales, es que espero no pasarme el día 25 tumbada en el sofá con un dolor impresionante de barriga sino ante el ordenador escribiendo de esto y de lo otro.
Ana: tranquila que eres muy joven y puede que, lo que crees has perdido, lo encuentres cualquier día. Te comprendo muy bien. Cuando me obsesiono, todo gira alrededor de mi tripa. Pero pasará, ya verás como pasa y, aun si no te olvidas por completo de ella, si la dejarás a un lado para dedicarte a otras cosas.
Besos para todos.
- sorgintxu23
- Usuario Veterano
- Mensajes: 518
- Registrado: Jue Nov 30, 2006 2:49 pm
#25
Si yo Isabel respeto tu opinión, pero igual que a ti no te gustan las generalidades ni que te digan que todos no sé que o no se cuantos con nuestro cuerpo creo que lo mismo podría aplicarse al tema de los psicólogos. Y claro que hay psicológos que son unos ineptos, yo en eso estoy en desacuerdo contigo igual que hay médicos y demás especialistas que lo son, pero no comparto tu valoración final de: en general, son demasiado pretenciosos. Y es que la ignorancia es muy osada. Más que nada porque se está generalizando y a mí por ejemplo tampoco me gusta generalizar, porque igual yo he podido tener malas experiencias con un determinado profesional, pero no por ello puedo decir que en general todo sean tal o cual.
Es mi opinión desde luego, igual de respetable que la tuya lo que pasa que tendremos puntos de vista un poco distintos y eso no es malo en la variedad está el gusto
Es mi opinión desde luego, igual de respetable que la tuya lo que pasa que tendremos puntos de vista un poco distintos y eso no es malo en la variedad está el gusto
#26
Tienes razón. Me baso en mi experiencia y, como es lógico, no conozco a todos los psicólogos.
Pero en esa experiencia en la que me baso he encontrado esa pretenciosidad y me parece que está fuera de lugar porque, como dije anteriormente, apenas se sabe nada del cerebro humano.
En general, ya sean psicólogos o de cualquier otra profesión, no me agrada lo pretencioso de algunas personas. Para mí, detrás de esa pretenciosidad hay una gran ignorancia.
Pero tienes razón, no voy a generalizar.
Pero en esa experiencia en la que me baso he encontrado esa pretenciosidad y me parece que está fuera de lugar porque, como dije anteriormente, apenas se sabe nada del cerebro humano.
En general, ya sean psicólogos o de cualquier otra profesión, no me agrada lo pretencioso de algunas personas. Para mí, detrás de esa pretenciosidad hay una gran ignorancia.
Pero tienes razón, no voy a generalizar.
- soniabogugau
- Usuario Participativo
- Mensajes: 84
- Registrado: Lun Dic 25, 2006 1:40 am
#27
Yo ya si que he llegado tarde del todo espero que todo te haya ido fenomenal en la visita al doctor y que hayas disfrutado mucho de Barcelona que es muy bonita, es mi ciudad. Muchos besos
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